Cómo recibió la Casa Rosada el dólar a $ 40 y la inflación de 3,9%

Cómo recibió la Casa Rosada el dólar a $ 40 y la inflación de 3,9%

Reina la tranquilidad pese a los números adversos de la economía. El apuesta oficial es conseguir el acuerdo con el FMI y lograr el Presupuesto antes del G20.

 

Volvió el optimismo a la Casa Rosada y se nota a pesar de que el dólar no da respiro, la inflación sigue su escalada y la recesión provocará una caída del PBI superior al 2%. Es que hay confianza que el acuerdo con el FMI "será muy bueno y tranquilizará a los mercados" y por lo bajo deslizan que incluso será por un monto superior a los u$s 50.000 mil millones ya acordados. El optimismo también lo reflejan las encuestas que se manejan en el Gobierno, "la imagen del Presidente no cayó", explican y ante la pregunta sobre cómo está el Presidente, "Bien, muy bien", responden.  

La apuesta oficial pasa por: mantener la pax cambiaria; cerrar el nuevo acuerdo con el FMI; acordar los lineamientos del Presupuesto 2019 (la apuesta optimista es contar con la ley de leyes aprobada a fin de octubre antes del G20) para continuar con un estilo de Gobierno que, a juicio del entorno más estrecho presidencial, "es lo que gente votó". 

En la Rosada no creen que al común de la gente le interese que Macri convoque a la oposición; "las encuestas incluso en estas últimas semanas nos siguen dando bien", explican, pese a que muchos trabajos muestran una caída de la aceptación del jefe de Estado.  

En cuanto, a la crisis de hace dos fines de semanas que se manifestó con el rally de ministros que entraban y salían ministros, depende con qué sector de Cambiemos se hable recibe dos tipos de respuestas: "Eso quedo atrás"; "fue más una espiral informativa sin sustento"; "hacía tiempo que se había definido un recorte de ministerios"; o repreguntan "¿al final, qué cambio?". 

En tanto otro sector -aunque más en súper off- confiesa "cuando se asustan llaman al ala política" para luego aclarar "y luego cuando viene la calma se olvidan". Reclamo que deslizan varios de sus aliados políticos. 

El propio Macri no estaba para nada convencido de ceder a los ministros coordinadores Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. "Se sentía cómodo con ese esquema de trabajo", explican pero en su entorno admiten que ahora los ministros han recobrado más ejecutividad y también responsabilidad. 

Es más descartan que pueda haber cambio de Gabinete "eso quedo atrás", responden. Marcos Peña sin duda quedó fortalecido luego de esta crisis. "Quién se va atrever ahora de pedir su cabeza", argumentan.  

En realidad, en el entorno presidencial sostienen que no se entiende el supuesto "clamor" en cambiar ministros. El consultor ecuatoriano, Jaime Duran Barba que este jueves estuvo en la Casa Rosada por varias horas, fue uno de los primeros en afirmar que "ni afuera, ni acá importan los nombres de los ministros" y ratificó que son demandas del "círculo rojo". Para Duran Barba y parte del Gabinete "la realidad pasa por otro lado". 

Otro que anduvo un largo rato por Balcarce 50 fue el exsecretario de Coordinación Interministerial Mario Quintana. Su visita respondió a continuar despidiéndose de los colaboradores, aunque algunos sostienen que "volverá pronto" aunque en un rol más político.

De hecho, al exempresario le picó el bichito de la política a diferencia de Lopetegui quién se limita a un rol más técnico. Lo cierto que ahora las reuniones de Gabinete son menos numerosas y cada ministro tiene más tiempo para exponer sus iniciativas o pensamientos. 

Esto ya trae algunos chisporroteos o "diferentes visiones" entre Dante Sica y Nicolás Dujvone. Claro que ambos tienen el foco en distintas problemáticas, Dujvone debe velar por cumplir el déficit cero y Sica paliar los efectos negativos de la austeridad y la devaluación. 

La suba del dólar de la jornada que cerró a $ 40,24 no sobresaltó demasiado al Gobierno, peor se vivió hace dos semanas cuando la divisa pasó los $ 42. El salgo de $ 1.20 estaba previsto porque no se renovaron más del 70% de las letes.  

El 3,9% de inflación que dio a conocer el INDEC para agosto será superado con holgura en septiembre y se teme que hasta fin de año los precios fluctuaran en valores superiores al 3%. El Gobierno estima cerrar el año con una inflación del 42% en tanto economistas privados la sitúan en principio más cerca del 45%. 

Uno de los interrogantes será que cifra arrojen la apertura de paritarias. Los gremios en su mayoría acordaron aumentos salariales en torno al 25% y se supone que la demanda gremial no será inferior al 40%. El freno a esta aspiración lo fijará la desocupación que comenzará a sentirse en algunos rubros. 

Cabe señalar que en la Rosada se percibe cierta subestimación a las consecuencias sociales de la crisis. Piensan que los argentinos están acostumbrados a vivir con inflación y que por lo tanto tendrán la compostura de "pasar este trago amargo". 

Estiman que los sectores de la clase media aguantará la crisis porque "no quieren volver al pasado". Pareciera que no se pondera los efectos de la recesión que ya dan cuenta de una caída del PBI cercano al 2%.

Lógicamente el Gobierno reforzó y reforzará más aún si es necesaria la ayuda para los sectores más vulnerables. Los sectores medios serán (pequeños comerciantes, productores o incluso de vastos sectores de la economía informal) los más afectados por la recesión, son los que pagaran a pleno los efectos de la devaluación y no cuentan con ningún salvavidas oficial, al menos por ahora.

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