Un intendente dice que está “harto de ABSA” y se prepara para municipalizar el servicio

Un intendente dice que está “harto de ABSA” y se prepara para municipalizar el servicio

“Es lo peor que nos puede pasar en el interior”, se sinceró el intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, que aprovechará la mayoría en el Concejo para enviar la ordenanza que municipalizará el servicio. Quiere traer agua desde Castelli a través de un acueducto.

Como varios otros de sus colegas, el intendente de Dolores, Camilo ETchevarren, está “harto” de ABSA. Sólo que, a diferencia de la mayoría, tiene la decisión firme de hacer algo al respecto: en este caso, municipalizar el servicio y construir por las suyas la infraestructura para dotar de agua potable y cloacas a sus vecinos.

Se lo saco, me voy a hacer cargo con el dinero que cobro a los vecinos se paguen los sueldos de 14 empleados y se reinvierta.

Ayer, durante su intervención en DEMASIADO HUMO, el programa de debate político de QM NOTICIAS, adelantó que es lo primero que hará después del 10 de diciembre, cuando, por primera vez en diez años al frente del municipio, tenga mayoría propia en el Concejo Deliberante.

“ABSA es lo peor que nos puede pasar en el interior de la Provincia. Por suerte voy a tener mayoría en el concejo el 10 de diciembre y el primer proyecto que ya tengo listo es municipalizar el servicio”, declaró ayer.

“Se lo saco, me voy a hacer cargo con el dinero que cobro a los vecinos se paguen los sueldos de 14 empleados y se reinvierta”, agregó, ansioso. Pero dijo más: “No sé a dónde va la plata que cobra ABSA, entre 350 y 500 pesos por vecino”, se quejó.

Etchevarren contó que en su gestión hizo 400 cuadras de agua y cloacas y hasta una planta depuradora. “Dolores tenía cobertura de 27 por ciento en cloacas, el 50 por ciento tomaba agua de pozos, no había planta de deshechos cloacales, las cañerías tenían pérdidas”, enumeró.

Incluso remarcó que le agua potable llega desde Ayacucho, a 170 kilómetros, después de pasar por Labarden, Guido y Maipú. “A Dolores no llega nada, ¿quién pensó que a Dolores había que traerle el agua de 170 km cuando tengo Castelli a 26 kilómetros?” se preguntó, listo para poner manos a la obra.

 

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