El mismo libreto: para Vidal, el ajuste de Cambiemos es “gradual”

El mismo libreto: para Vidal, el ajuste de Cambiemos es “gradual”

“Que digan cuál es la alternativa, sin ajuste y sin hacer kirchnerismo”, desafió ayer la gobernadora María Eugenia Vidal, para luego defender el supuesto “gradualismo” del Gobierno.

“Que digan cuál es la alternativa, sin ajuste y sin hacer kirchnerismo”, desafió ayer la gobernadora María Eugenia Vidal, para luego defender el supuesto “gradualismo” del Gobierno.

En plena caída de su imagen, la mandataria provincial habló y confirmó que para Cambiemos no hay más “plan” que este: el del endeudamiento y el ajuste para achicar el déficit que genera, por ejemplo, sostener la bicicleta financiera, con la que ganan unos pocos mientras tantas familias viven con salarios por debajo de la línea de la pobreza o no llegan a fin de mes, porque los tarifazos y la devaluación les queman el poder adquisitivo.

¿En qué momento esta Gobernadora, madre de tres hijos, perdió toda sensibilidad? ¿Acaso cuando dejó de caminar la Provincia para trasladarse en helicóptero y vivir custodiada por militares? ¿O será que el poder tiene la fuerza de disociar a las personas de su realidad?

Solo así se entiende que Vidal llame “gradualismo” a lo que millones viven como una insoportable estocada del ajuste. O que celebre que “hoy tenemos un crédito en el mundo [...] para cuidar a la gente”, en referencia a la vuelta al FMI que, como ya hemos informado, reclama bajar el déficit a costa de menos salario, empleo y jubilaciones.

Resulta casi un acto de perverso sincericidio decirle a la sociedad que no hay más alternativas: que es la coyuntura actual o el kirchnerismo. En sintonía con el Ejecutivo nacional, la Gobernadora no propone lo que nadie se anima: un plan económico estratégico en el que sea más rentable producir que especular, para que los pobres sean menos pobres y los ricos no tan ricos. 

“Vamos a hacer todas las correcciones que tengamos que hacer”, prometió Vidal, cuando ya pasaron más de dos años de mandato y la realidad empieza a pasarle factura a los “errores”. 

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