En la provincia, billetera mata galán

En la provincia, billetera mata galán

La sorpresa política de la semana fue la foto que compartieron la gobernadora María Eugenia Vidal y el intendente de Moreno, el (¿todavía?) ultrakirchnerista Walter Festa, durante la presentación de las unidades del SAME para ese distrito.

 

Impensada hace apenas unos meses, cuando el jefe comunal cargaba con dureza contra la mandataria provincial, la imagen provocó la ira del resto del kirchnerismo y generó comprensión entre los intendentes del PJ alejados de Cristina Kirchner.

Sin embargo, podría no ser la última reunión, entre risas, que encabece Vidal con intendentes de la oposición en los próximos meses, producto de los apremios económicos de los distritos y de las necesidades electorales tanto de Cambiemos como de la oposición, que ya están especulando con el efecto arrastre de las listas sábanas.

La movida es estratégica en la mesa chica del PRO bonaerense, pero genera tensión con los socios radicales de la alianza Cambiemos, que mantienen expectativas de ser protagonistas en las elecciones del año que viene, sobre todo en aquellos municipios en los cuales el oficialismo provincial aspira a desbancar al peronismo.

Lo que empezó a notarse es el resultado del movimiento de pinzas que en materia financiera comenzó a aplicar el gobierno de la provincia desde finales del año pasado y que se compone del pacto fiscal, el recorte de impuesto en las tarifas de servicios y la desaparición del Fondo de Infraestructura Municipal, a lo que hay que sumarle más recientemente el congelamiento de la obra pública por el ajuste que plantea el FMI.

El acercamiento de Festa es claramente simbólico por el espacio que representa el titular del ejecutivo de Moreno, pero hay otros intendentes, como Guillermo Britos, que podrían anunciar el pase definitivo al oficialismo de un momento al otro, obteniendo como contrapartida una asistencia financiera que comienza a cobrar un claro direccionamiento hacia los gobiernos locales de Cambiemos.

Hay una intensificación de las negociaciones con los intendentes para rectificar los criterios de asignación de las obras públicas, lo que agrega un elemento más de tensión con los jefes comunales de la UCR, que ven como a pesar de hacer todos los deberes los primeros privilegiados son los recién llegados.

De todas formas, el equilibrio está garantizado porque también los boinas blancas tienen necesidades financieras y el año que viene volverán a depender de la firma y también del arrastre electoral de Vidal, por lo que al menos por ahora la presión solo parece tener efectos sobre los peronistas.

Reformas y más reformas

Con la economía en llamas y sin autorización de Balcarce 50 para mejorar la oferta salarial a los sectores docentes, judiciales y de salud, el ejecutivo de la provincia pondrá todos sus esfuerzos en el avance de reformas que no requieres de actualización de partidas presupuestarias durante el ejercicio en curso, aún a pesar del rechazo que algunos de los proyectos vienen generando entre los sectores afectados.

En ese escenario, hay orden de acelerar el tratamiento de proyecto de reforma del fuero laboral, que podría ser apenas un paso previo para que la provincia acelere todavía más que el gobierno nacional en materia de flexibilización.

Para eso Vidal ya instruyó a los jefes de sus bloques legislativos para que comiencen la ronda de negociaciones con los sectores dialoguistas de la oposición, de forma tal que el proyecto llegue al recinto cuanto antes, para lo cual Sergio Massa y Gustavo Menendez, vuelven a ser protagonistas excluyentes y juegan su propia partida para saber quién le garantiza mayor comodidad y menos costo al oficialismo.

Pero además el concepto mismo de “reforma” y/o modernización, es el que será utilizado por los referentes del oficialismo para defender el ajuste en el sistema público de salud y hasta en los establecimientos educativos, como ya está ocurriendo con los Equipos de Orientación Escolar.

Todo esto pone en evidencia que el apuro por modificar el fuero laboral tiene que ver también con la certeza de un aumento de la litigiosidad laboral, probablemente por el propio Estado prepara una mayor flexibilización y despidos, que podrían terminar en los tribunales laborales.

Mientras tanto la oposición dura, representada por el kirchnerismo y la izquierda, replica en la provincia lo que ya ocurrió en el Congreso Nacional con el intento de sesión especial para rechazar el acuerdo con el FMI y que materializar lo que hace más de un año atrás llamamos “Troskirchnerismo” en este mismo espacio.

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