Consiste básicamente en una trampa realizada con ramas secas y orientada según la dirección de los vientos costeros. La idea es que la arena se acumule allí, y luego se pueda desparramar por toda la zona de playa.

Según relató el director de Turismo, Pablo Ledesma, "esta experiencia tuvo éxito en el parador Noctiluca, de Villa Gessell, y su dueño la explicó cuando visitó Tres Arroyos para brindar una charla. Ahora se está replicando en la bajada de la Escuela de Surf, con la anuencia del delegado de la localidad, Carlos Avila".