Un “re truco” de última hora: Larreta, Kicillof, Alberto y las negociaciones detrás del fallido anuncio desde Olivos

Un “re truco” de última hora: Larreta, Kicillof, Alberto y las negociaciones detrás del fallido anuncio desde Olivos

El jefe de Gobierno porteño marcó la cancha como nunca antes. La semana de negociaciones y los números del sistema sanitario que proyectan un cuadro delicado.

A las cinco de la tarde, la Casa Rosada ya estaba vacía. Desde el comienzo del aislamiento social y obligatorio, son pocas las personas que transitan los pasillos y despachos de Balcarce; en su mayoría quienes pertenecen a la jefatura de Gabinete. Todos partieron a horario rumbo a Olivos para participar de la reunión que Alberto Fernández mantendría con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta.

Junto a la mesa chica del Gobierno arrancó también la camioneta que trasladó los equipos de comunicación con los que se iba a anunciar el endurecimiento de la cuarentena en el AMBA. Dos horas después, un escueto comunicado advirtió que las nuevas medidas se darán a conocer recién mañana. La jugada política de Larreta en uno de los momentos más críticos para el sistema sanitario de la Provincia y de la Ciudad.

“Hasta hace dos días, estaba todo aprobado. Se acordaron medidas y se analizaron en conjunto todos los informes que se elaboraron para poder implementar un refuerzo no sólo sanitario o vinculado al transporte, sino que contemplaba también los efectivos de seguridad que tenían que encargarse de controlar la movilidad”, reconocieron desde el Gobierno en diálogo con Infocielo.

En concreto, las medidas que se hablaron en la cumbre que mantuvieron Kicillof y Larreta en La Plata fueron las siguientes: restringir los permisos sólo para trabajadores esenciales, revocar y ser más puntillosos con los de 48 horas de vigencia (vinculados a la asistencia de terceras personas, por ejemplo), incrementar el número de efectivos de seguridad para regular la movilidad y, por sobre todas las cosas, reducir al máximo traslado entre la Ciudad y la Provincia. 

El encuentro entre ambos mandatarios se dio el viernes de la semana pasada, sólo 15 días después del anuncio de la prolongación de la cuarentena que realizaron en conjunto desde Olivos. En ese momento, pese a la resistencia del gobernador bonaerense, se habilitó una serie de actividades que incrementó la movilidad y repercutió en la velocidad de circulación del virus. Sin embargo, los tres hicieron hincapié en lo mismo: si los números no acompañan, damos marcha atrás.

“El acuerdo fue explícito y se dijo en la conferencia. El problema se dio dos semanas después, cuando la curva de contagios se descontroló y los infectólogos empezaron a advertir que, de sostenerse el modelo actual, el sistema sanitario se iba a encontrar sofocado en pocas semanas. Ese fue el momento en el que Alberto empezó a ver con especial atención el número de camas de terapia intensiva”, suman.

El presidente hizo público su malestar. “Estamos en una situación muy complicada. Quedamos en vernos el lunes los tres para tomar una decisión. Les dije a Axel y a Horacio que es el momento en que tenemos que empezar a contar las camas. No quiero llegar al momento en que tengamos que decidir a quién salvamos y a quién no”, aseguró en público. La expresión que usó en privado fue más gráfica y menos diplomática: “Estamos con el agua hasta la cintura. No podemos esperar a que nos llegue al cuello para tomar decisiones”. 

El lunes hubo un nuevo encuentro. Fernández, Larreta y Kicillof acordaron que no se restringiría a cero el transporte público, que fue objeto de debate y hasta un expreso pedido del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Quedó pendiente la elaboración de un modelo que garantizara el traslado de los trabajadores esenciales y no se descartó la posibilidad de hacer modificaciones en los recorridos de los colectivos, por ejemplo.

Horas después, el propio jefe de Gobierno reconoció en público su preocupación por el cuadro sanitario del AMBA. “La ocupación de camas de terapia intensiva es lo que más preocupa. La evidencia al día de hoy es muy preocupante”, aseguró.

Pero algo cambió y no fueron precisamente las estadísticas. Desde la sede del Gobierno porteño se viene generando el caldo de cultivo de la reunificación de Juntos por el Cambio, en especial después de las manifestaciones a nivel nacional por el proyecto de expropiación de Vicentín. “Vieron un momento de tensión social y lo están aprovechando. Hasta ahora, salvo algunos cacerolazos, todos los temas que intentaron instalar como la liberación de los presos o el ‘costo de la política’ no habían prendido en la agenda”.

Mientras que durante los más de cien días de cuarentena las decisiones se tomaron siempre sobre los números y casi a horas de vencerse el decreto presidencial, esta vez hubo tres reuniones para “acercar posiciones”. “Horacio no iba a entregar las banderas tan fácilmente, porque los números de la Ciudad no son los números de la Provincia. Hubo un cambio de postura claro con respecto a las últimas reuniones, en especial después de que empezaron con las críticas explícitas a la gestión de María Eugenia”, reconocen. 

Y así, mientras los runners copaban las calles porteñas, desde la cartera sanitaria de Kicillof remarcaban los números críticos en algunos distritos en los que la ocupación de camas de terapia intensiva ya alcanzaba el 60 por ciento. “En provincia duplicamos la cantidad de camas de terapia intensiva. En el promedio general, estamos en un 47% de ocupación, pero en el área metropolitana bonaerense estamos llegando al 60%. Se ocupa un 2% por día, entre el sector público y privado”, detalló sólo dos días atrás Nicolás Kreplak. Dos postales antagónicas, divididas sólo por la General Paz.

El anuncio se postergó para mañana al mediodía. Al momento, desde ambas administraciones evalúan el costo político no sólo de la suspensión con todos los móviles transmitiendo en vivos desde el portón verde de Olivos, sino del alcance de las restricciones que finalmente anuncien en las próximas horas. “Larreta sacó sus cartas”, reconocen tanto desde sus filas, como desde las de la oposición. Mientras tanto, las camas de terapia intensiva se siguen ocupando y el número de muertos sigue en alza.

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