Alberto, entre la oposición y una parte del gobierno que le pide ir más a fondo

Alberto, entre la oposición y una parte del gobierno que le pide ir más a fondo

El presidente Alberto Fernández tenía una tarea titánica cuando asumió: renegociar la deuda, bajar la inflación, encaminar la economía, incluir a los sectores postergados y cerrar la grieta. Este último punto parecía representar los votos de los que se habían visto defraudados por el gobierno de Mauricio Macri, pero que al mismo tiempo tampoco querían volver a ver a Cristina Kirchner definiendo el futuro del país. Pero Cristina iba en la fórmula ¿Alguien pensó que podía ser una figura decorativa?

 

Lo cierto es que la primavera entre Alberto y esa parte de los votantes se esfumó relativamente rápido. El resultado está a la vista. El Gobierno logró renegociar la deuda de forma exitosa y va capeando el coronavirus como puede, sin embargo, la grieta está cada vez más presente. La fomenta el Gobierno con sus acciones y la fomenta la oposición con las suyas. Pero la grita no es con Alberto, la grieta es con Cristina. 

Tampoco ayudan a cerrar la grita la cuarentena y los resultados que van cambiando de muy buenos al principio, a medianos ahora, y a inciertos en el futuro cercano. Menos colabora el cansancio de la sociedad para que los números del coronavirus ayuden. Este punto parece ser clave porque en la Argentina la grieta también parece estar en una parte de la sociedad que no se caracteriza por ser muy apegada a las reglas y otra parte que acumula bronca por cumplir de forma estricta con la cuarentena o padeciendo con sus negocios cerrados y  en bancarrota.  

Con la macroeconomía la historia es diferente. A pesar de la cuarentena y del coronavirus, la renegociación con los bonistas que le permitió a la Argentina salir del default debería darle un poco de aire al Gobierno. Sin embargo, como la crisis de la economía sigue y los fantasmas de una devaluación no se terminan de disipar, el dólar sigue siendo un problema difícil de resolver para Alberto Fernández. 

Aunque el Presidente asegure que no está en los planes de este Gobierno una devaluación, los ahorristas compran todos los dólares oficiales posibles. 

Entonces, la discusión política que por estos día se da en el Gobierno es otra y es más o menos así: "Tenemos que seguir quemando reservas para que 5 millones de ahorristas, que en realidad sospechamos de que son menos y que además la mayoría no nos vota" "¿Pero sabemos cuál es el costo político si cerramos más el cepo?

Alberto Fernández también tiene que lidiar con esto. Con una parte del Gobierno más dialoguista y otra más cercana a Cristina que quiere ir más rápido con los cambios en la Justicia y también en lo económico. Por ahora, el Presidente tiene que capear una tormenta entre una oposición que le pide un freno a los cambios y una parte de su propio Gobierno que le exige ir más a fondo. El resultado no se sabe,  lo que si se sabe es que Cristina existe. 

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