En busca de los votos silenciosos que pueden definirlo todo

En busca de los votos silenciosos que pueden definirlo todo

A 8 días para el balotaje, la maquinaria política bonaerense acelera su marcha en la definición del nombre del nuevo presidente de la Nación.

Por Ricardo Salas

Quedan apenas 8 días para el ballottage que definirá el nombre del próximo presidente de la Nación, y la maquinaria política bonaerense acelera su marcha. Ya con su reelección asegurada, el gobernador Axel Kicillof combina, con fuerte despliegue territorial, los nuevos objetivos para su segundo mandato con el respaldo al tramo final de la campaña de Sergio Massa.

Con un final cabeza a cabeza entre Massa y Javier Milei, el próximo domingo 19 se pondrá fin a una agenda electoral que, por momentos, pareció interminable. Casi un año en campaña mientras el país batió records de inflación. Al decir de un experimentado dirigente, “Argentina es un país de goma, se estira pero no se rompe, siempre se recupera”.

Quizás ese pensamiento sea el que esté sobrevolando en la cabeza de la dirigencia y por eso es que siempre parece que están jugando con fuego o bailando sobre un Titanic que nunca se hunde.

Lo mismo parece que pensaron los integrantes de Juntos por el Cambio, quienes se pasaron dos años peleándose, convencidos de que el sillón de la Casa Rosada y el de la Gobernación bonaerense los iban a esperar.

La “trampa” de Milei, que muchos advertían como una jugada del propio oficialismo para dividir a JxC, en realidad funcionó y terminó dinamitando a la coalición opositora, quedó como tercera fuerza.

Si La Libertad Avanza fue o no un invento ya es incomprobable y será materia de la futura literatura política. Pero lo cierto es que hoy es una realidad concreta que incluso puede llevarse puesto hasta al propio Gobierno.

Sobre los escombros de JxC, Mauricio Macri y Patricia Bullrich dieron un giro inesperado, tratando de cooptar al espacio libertario, para volverlo una herramienta propia, un ariete contra el kirchnerismo, algo así como darle de tomar de su “propia medicina”.

Además, quizá Macri se sienta incluso más cómodo en un espacio claramente de centroderecha, sin la presencia de las palomas del PRO, los radicales y la CC-ARI.

Como pasó anteriormente, el pronóstico sobre el resultado del 19 es una incógnita, con encuestas que dan ganador a uno y a otro, sin ninguna tendencia clara. Por eso será clave el voto de quienes lo hicieron por otros espacios, sobre todo de JxC.

A la luz de los acontecimientos post electorales, todo indicaría que los votantes PRO irían al espacio libertario, y los votantes radicales -pese al llamado del partido a prescindir de la elección-, se inclinarían más por el apoyo a Massa. Sobre todo si la otra opción es un candidato que dijo barbaridades del radicalismo y, en especial, del expresidente Raúl Alfonsín.

Pero la decisión no sería tan lineal. El componente antikichnerista -sobre todo en el interior provincial- es fuerte y podría pesar, quizás más que otra cuestión, en la cabeza de los radicales.

No son tiempos para la relajación. Por eso, con ánimo militante, Kicillof pidió estar en modo de campaña permanente para seguir "construyendo la victoria" de Massa en suelo bonaerense. “Sin un Gobierno nacional relacionado políticamente puede hacerse muy difícil la gestión”, afirmaron desde calle 6, sin dejar de enviar guiños a indecisos y radicales disconformes con el pacto Macri-Milei.

En ese contexto, referentes bonaerenses de Unión por la Patria decidieron apalancar la campaña por Massa mientras insisten en remarcar el impacto negativo de un eventual triunfo del libertario, como el hecho de que, con el "plan motosierra", peligraría el envío automático de los fondos de coparticipación.

Kicillof viene apalabrando a Massa con la necesidad de instalar esa discusión en la agenda futura. "La Provincia es perjudicada por un sistema de coparticipación en el cual aporta el 40% de la producción y los impuestos, pero recibe apenas el 21%", repiten cerca del ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López.

A pocos días del ballottage crece el debate político.  Y así como los libertarios insisten en la necesidad de reforzar la fiscalización, desde el futuro bloque de legisladores bonaerenses de LLA avisan que les parece preocupante la centralidad que tomó Macri dentro del partido de Milei.

En privado, Kicillof muestra al menos una pizca de ambición política en plena búsqueda de confraternidad con los intendentes radicales. El oficialismo sospecha que la alianza opositora de Juntos puede terminar de fracturarse, y sobre ese escenario, la UCR bonaerense puede dentro de la Legislatura ser una fuerza aliada que permita garantizar la gobernabilidad y transformarse en una llave para la aprobación de leyes en el ámbito provincial.

No pocos, con lengua viperina, advierten ese clima de rebelión interna. Incluso hay quienes ya vaticinan que legisladores del sector denominado “halcón” del PRO, junto a sus nuevos socios de LLA, podrían convivir en un mismo nido parlamentario, mientras que los radicales quedarían reducidos a la conformación de un bloque propio.

El staff económico de Kicillof ya empezó a delinear algunos puntos clave que tendrá el Presupuesto bonaerense, con inversión en áreas esenciales del Estado, como educación, salud y seguridad, incluyendo además el fortalecimiento de la cuestión ambiental ante los efectos del cambio climático.

En la antesala de la negociación parlamentaria también la oposición legislativa comenzó  a barajar “viejas deudas” de la Provincia con alcaldes, entre las que se destacan algunos compromisos pendientes con fondos para infraestructura y seguridad, entre otros puntos.

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