Un decreto aprobado este jueves en el Concejo Mundial de Rosario insta al Ejecutivo a citar a los representantes de comercios, instituciones e industrias que encuadren en la tipología “grandes generadores o generadores especiales de residuos” y a los representantes de las empresas habilitadas para la prestación del servicio de recolección diferenciada, para establecer una mesa de diálogo que regularice una situación que consideran conflictiva y “urgente”.

“El propio municipio establece reglas de juego para la recolección de residuos de generación individual; en la recolección diferenciada de residuos no hay algo establecido. Una de las empresas acaparó el 80% del mercado y comerciantes vienen denunciando que hace uso de su posición dominante y les incrementó el precio del servicio en un 300%”, dijo el concejal Pedro Salinas, impulsor de la iniciativa, en Informados al Regreso por Cadena 3 Rosario.

“Básicamente, los comercios tienen una incapacidad de poder elegir otra oferta, las otras empresas tienen estructuras menores o directamente no están en condiciones operativas de brindar el servicio. Ni hablar de empezar a competir. Muchas veces el propio estado municipal se siente preso de esas situaciones y no puede desatarlo”, agregó.

Según el texto votado en el Palacio Vasallo, el Ejecutivo local deberá elaborar un índice testigo de estructura de costos del servicio de recolección y transporte diferenciada de residuos, a los fines de contar con una referencia técnicamente solvente para contrastar con las facturas expedidas por las empresas prestatarias de este servicio.

“Hasta el día de hoy, el municipio le subsidia la mitad (o un poco más) de la tasa a esta empresa que le aumentó 300% a comercios, de la disposición final de residuos, es decir el enterramiento (se manda a Ricardone)”, afirmó el edil de Ciudad Futura.

Por último, aventuró un posible desenlace: “Los comerciantes al no poder hacer frente a esta tarifa van a arrojar sus residuos en contenedores de la vía pública, indefectiblemente van a desbordar, transformándose en un problema no solo de higiene urbana, sino de salud pública y con un impacto ambiental terrible”.