La desigualdad terminó el 2020 en niveles menores al 2019

La desigualdad terminó el 2020 en niveles menores al 2019

El Gobierno mejoró levemente los indicadores de distribución del ingreso. Aun así, al repartir la torta, el 10% más rico, que será beneficiado por la suba del mínimo no imponible de Ganancias, concentró el 31,7% del PBI. En el 2020, al igual que en los últimos cinco años, la caída del producto generó que todos los deciles perdieran ingreso

 

 

En el cuarto trimestre del 2020, el 10% de los más ricos de la población por ingreso per cápita familiar, que ahora está a punto de ser beneficiado con una exención que dejará a una buena parte sin pagar Ganancias, recibió una porción muy grande de la torta que representa el PBI: el 31,7%. A la vez, casi todos perdieron y en medidas bastante similares: tanto los más ricos como los más pobres sufrieron un bajón en torno al 15% de sus ingresos durante el último año. Y eso es porque la misma torta se achicó con fuerza entre el 2016 y el 2020.

Los datos de distribución del ingreso suelen dejar entrever un compendio de situaciones algo insólitas: a fines del 2020, los indicadores terminaron el año pandémico en una situación levemente mejor que la que recibió el Gobierno a fines del 2019. Mientras que en el Índice Gini se observó una leve mejora, al pasar de 0,439 a 0,435, en la brecha entre el decil más rico y el más pobre hubo un empate: los de más ingresos siguen ganando 21 veces más que los de abajo.

Un nivel históricamente alto pero bastante mejor que el de 25 veces que llegó a registrarse en lo peor de la cuarentena. El Gini da una foto de la situación en el total de la sociedad y la brecha acerca de lo que ocurrió en las puntas.

Otro dato insólito: si una persona ganó 48.000 pesos, o más, al mes en el último trimestre del 2020, se ubicó en los dos deciles más altos, lo que se considera el estrato superior de la sociedad. Y si ganó un sueldo de 25.000 pesos ya le alcanzó para estar en la mitad superior. Lo que muestran esos números es que hay una cantidad muy grande de gente con ingresos demasiado bajos.

Ese sueldo de 25.000 pesos alcanzaba apenas para sacar a una familia de cuatro integrantes de la indigencia (la Canasta Básica Alimentaria estaba en 22.680 pesos). Es decir: lograr alimentar a una familia tipo dejaba a una persona de mitad de tabla para arriba. Un ingreso de 48.000 pesos no alcanzó a cubrir la línea de pobreza, que estaba en 54.207 pesos. Se puede ser “clase alta” y no lograr mantener a una familia tipo por fuera de la pobreza.

Una situación claramente compleja. El 10% de la población más rico en ingresos, que se quedó con el 31,7% del PBI, cobró en promedio 102.000 pesos mensuales. Quiere decir que en promedio ese decil estará exento de Ganancias una vez que el Senado apruebe el proyecto que eleva el mínimo no imponible a 150.000 pesos en la sesión de este jueves. Ese decil tiene un ingreso mínimo de 65.000 pesos. Ahí se concentran los que deben pagar Ganancias en la previa a la reforma. 

En ese sentido, el director de Eco GoMartín Vauthier señaló al respecto: “Bajarle el impuesto más progresivo a parte de ese 10%, con 42% de pobreza y escaso espacio de respuesta fiscal y monetaria para mitigar los impactos de la segunda ola de Covid-19, no luce como una política atinada”.

Todos pierden: cae el PBI, se achican la torta y las porciones

El investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) Leopoldo Tornarolli destacó que, más allá de los problemas distributivos, en los últimos cinco años en general, y en el 2020 en particular, el gran problema fue la caída del PBI, es decir del ingreso (ambos conceptos equivalen). La torta se achicó y durante el último año, incluso, ese recorte fue en proporciones similares para los distintos deciles. El más rico perdió 15,7% de su ingreso. El más pobre 16,1%. En el medio, todos perdieron entre 9% y 15,5%.

“El principal problema argentino de los últimos años no es la desigualdad, si no de falta de crecimiento, lo que no implica ninguna apreciación valorativa sobre el nivel de desigualdad”, concluyó el economista de Ecolatina Joaquín Waldman acerca de esos números.

Comentá la nota