Por: Felipe Osman.

Los informes diarios publicados por el Ministerio de Salud de la Provincia durante las últimas semanas dan cuenta de que la curva de contagios ha encontrado sosiego y empieza a descender, y el avance en los esquemas de vacunación junto a un pronóstico que augura un clima más templado en los próximos días podría ayudar a consolidar esa tendencia. Sin embargo, la pandemia ha dejado claro que tejer conclusiones a largo plazo suele conducir al error, y en el PJ ya se preparan para una campaña distinta, trastocada por la pandemia, que deberá aggiornarse a los tiempos que corren.

Frente a un panorama sanitario incierto, el peronismo entiende que su campaña no podrá transitar por los andariveles que acostumbra. Y los grandes actos se limitarán al máximo al menos durante su inicio.

En las reuniones que hasta ahora mantuvo la mesa capitalina de conducción, integrada por viguistas (Paulo Cassinerio, Diego Hak, Nadia Fernández, Leonardo Limia, Sandra Trigo), delasotistas (Daniel Passerini, Bernardo Knipscheer) y el propio Llaryora, se decidió que hasta que no aclare el panorama sanitario el grueso de la campaña se desarrollara a través de las redes sociales y demás plataformas virtuales, quedando las incursiones de dirigentes a la seccionales reducidas a recorridas por distintas instituciones vinculadas al peronismo, por sin actos que impliquen grandes concentraciones y siempre bajo el estricto cumplimiento de los protocolos vigentes.

Desde luego, decirlo es más fácil que hacerlo, y para un peronismo que ya transita una campaña desnaturalizada por las tensiones que implica llegar dividido a las urnas no será sencillo además cambiar la “mística” de los bombos y el fragor de las muchedumbres por la árida burocracia de las contraseñas de las salas de “zoom”. Pero, asumida la necesidad de virar hacia una campaña digital, ya se habría dispuesto un calendario con capacitaciones a la militancia de cada seccional para que pongan en marcha, a través de sus tablets, lo que promete ser un nuevo refresh en el proselitismo del peronismo local.

Aun así, debe entenderse que la decisión de motorizar una campaña a través de las redes sociales no es absoluta ni quedará ajena a una reevaluación posterior. De hecho, la evolución de la situación sanitaria será seguida al minuto por las autoridades encargadas traccionar, desde afuera, la lista de Hacemos por Córdoba, del mismo modo que, cabe esperar, seguirán los sondeos de opinión que desde hace semanas han empezado a circular.

Los presidentes de cada seccional estarían habilitados -si los números que a diario arroja la pandemia acompañan- llevar adelante algunos actos en su territorio y con la misma prerrogativa contarían los espacios sindicales que apoyan la boleta del Centro Cívico. En todo caso, estos tendrían lugar hacia el final de la campaña, cuando los comicios estén mucho más cerca en el almanaque.

En paralelo, mientras los actos quedan de lado, se espera que el PJ de mayor importancia a las recorridas de sus dirigentes como única vía para no quedar divorciado del territorio, un elemento con el que el peronismo siempre cuenta y que no debería regalar a una oposición que, aún sin hacer de él un punto central de apoyo, podría intentar sumar.

Por lo pronto, el espacio gremial con el que El Panal ha dado más muestras de cercanía, a saber, las 62 Organizaciones Peronistas de Sergio Fittipaldi, ya trabaja en un cronograma para recibir a los candidatos que terminen integrando la boleta del Centro Cívico en la sede de cada uno de los sindicatos que se nuclean bajo la dirección del secretario general de Soelsac y Ricardo Moreno.

Provincia

En la provincia la diagramación de la campaña aún no termina de definirse. Y si bien el gobernador ya dispuso que las actividades proselitistas estarán guiadas por el presidente del partido, Oscar González, hasta el momento sólo ha trascendido que el legislador provincial se reunió con los ministros y los legisladores departamentales, sin haber dado cuenta de cuáles serán los primeros movimientos de Hacemos por Córdoba en la previa de las próximas elecciones, aunque en principio se trataría de una campaña sectorizada, direccionada específicamente a cada región de la provincia, y en la que tendrán mayores responsabilidades los principales dirigentes peronistas de cada una de ellas.