El etiquetado frontal, cada vez más presente en los supermercados cordobeses

El etiquetado frontal, cada vez más presente en los supermercados cordobeses

El jueves pasado terminó el plazo para que grandes empresas de alimentos adecuen sus etiquetas conforme a la Ley de Alimentación Saludable. Muchos productos contienen sus octógonos correspondientes. Qué significa cada uno.

Por: Alejandra Gonzalez.

Vencida la prórroga para llevar adelante el etiquetado frontal de alimentos, ya son cada vez más visibles los productos con los octágonos negros que advierten sobre los contenidos que tienen los alimentos en las góndolas de los supermercados cordobeses.

La Ley de Promoción de la Alimentación Saludable (N° 27.642) fue reglamentada el 23 de marzo del año pasado. Tiene por objeto garantizar “el derecho a la salud y a una alimentación adecuada de la población, brindar información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas”.

La ley previó la implementación de un sistema de etiquetado con octógonos negros que alertan sobre la presencia de exceso de nutrientes críticos: azúcares, grasas, calorías y sodio. A su vez, contempló la incorporación de recuadros ante la presencia de edulcorantes y cafeína, alertas que se incluyen especialmente para desaconsejar su consumo en los niños.

A partir de esa fecha, las marcas tuvieron hasta agosto pasado para adecuar sus envases con los etiquetados correspondientes, pero la ley también dejó un margen: la posibilidad de que las empresas pidan una prórroga para el cumplimiento.

Muchas empresas optaron por esa opción: hubo cerca de 2.500 pedidos de esta índole en todo el país. En caso de que la Anmat le diera la confirmación para la prórroga, la fecha límite fue el jueves 16 de febrero.

Cumplido este plazo, desde la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac) proyectan “adaptarse y atenerse a la normativa, que es exigir a los proveedores la puesta en marcha de la norma”. También tienen en cuenta que se trata de un proceso progresivo e identifican que hasta el momento se han sumado muchas empresas pero no la totalidad.

LA PRESENCIA DE OCTÓGONOS EN LOS SUPERMERCADOS CORDOBESES

En los grandes supermercados cordobeses se vislumbran ya los octógonos de alerta. Si bien se trata de una incorporación paulatina que inició a principios de este año, ya se trata de una cuestión más notoria.

Inclusive, las cajas que se utilizan para reponer las góndolas esta semana ya tienen las etiquetas como lo contempla la ley vigente.

También ocurre que los productos que deben tener etiquetado pero aún no lo presentan conviven con envases que los tienen impresos, aunque se trate del mismo producto.

Hay una estrategia clara en los supermercados: mostrar que están esas etiquetas aunque no todas las unidades las tengan impresas.

Snacks salados. La góndola que presenta una disposición de octógonos más homogénea es la de snacks salados. “Exceso de sodio”, “exceso de grasas totales” y “exceso en calorías” rezan los paquetes.

Chocolatada. Los polvos para preparar bebidas chocolatadas, por ejemplo, son uno de los casos en los que cierta presentación tiene los octógonos y otras aún no, e inclusive tienen “personajes” típicos de la marca, cuestión que también está prohibida por la ley.

Distinto es el caso de las bebidas chocolatadas listas para consumo, muy usadas para la merienda de niños. En ninguna presentación aparecen los sellos correspondientes.

Yogures. En este caso, también conviven envases con y sin sellos negros. Es más homogénea la presencia de la inscripción de “exceso de azúcares” en las bebidas envasadas en sachés. Por el contrario, muy pocas presentaciones tienen el etiquetado en potes de 120 a 200 gramos.

Helados. El sector de helados industrializados está estandarizado. En su mayoría, los potes presentan los octógonos. Estos productos son unos de los que más sellos negros acumulan; tienen como mínimo dos y hasta cuatro octógonos.

Congelados. El sector de las heladeras presenta sellos de “exceso de sodio” y “exceso de grasas”. Se observan diferencias entre marca y marca.

HAY AVANCES, PERO ¿QUÉ FALTA?

Uno de los puntos claves de la normativa es que regula la publicidad dirigida a niños, niñas y adolescentes, tanto en medios de comunicación masiva como en los envases. A su vez, limita la oferta de los productos que contengan al menos un sello de advertencia en instituciones educativas y en las compras públicas de organismos nacionales de gobierno.

En el sector de los cereales, en el recorrido hecho por La Voz no se vislumbran cambios o presencia de octógonos. Este producto es especialmente delicado para esta ley, por dos motivos. El primero es que es uno de los que más presencia de personajes tiene: el tigre Tony, Sam el tucán, el elefante Melvin, entre otros, un tipo de publicidad dirigido a infancias.

Por otro lado, algunos de los paquetes contienen “declaraciones nutricionales” que también están prohibidas por la ley. Y lo mismo ocurre con las “barritas de cereal”, consideradas una colación saludable, cuando en realidad varias versiones contienen exceso de azúcar y/o la presencia de edulcorantes no recomendados para el consumo de infancias.

Así también ocurre con las galletas dulces. Muy pocas marcas y variedades tienen el etiquetado frontal impreso. Se trata de un producto crucial, por ser muy consumido por las infancias y uno que puede presentar hasta cuatro de los sellos que indican nutrientes críticos.

Hormas de queso, mermeladas, dulce de leche y otros untables dulces son aún un segmento complicado para ver el etiquetado frontal.

Otro segmento donde no está normalizado es en el de las gaseosas. Mientras algunas marcas ya realizaron los cambios, otras no. También hay casos en los que las etiquetas varían según el envase; por ejemplo, en las botellas descartables están presentes los sellos, pero no así en las versiones retornables.

Respecto de este producto, una estrategia que se ve en los supermercados es la de acomodar cada botella sin que se vean los sellos. De esta manera, al tratarse de un envase circular, las etiquetas pueden quedar “al costado” en vez de al frente, como exige la ley.

En ese sentido, será importante el control por parte del Instituto Nacional de Alimentos (dependiente de la Anmat), para que el sello esté accesible para la lectura del consumidor.

Dado que ahora las marcas no podrán incorporar información nutricional complementaria o promocionar la presencia de vitaminas y minerales, la apuesta de algunas es poner de relieve lo “verde”, como es el uso de un envase reciclable.

A su vez, también se ven cada vez más productos que tienen su versión vegana. Por ejemplo, una conocida marca de chocolatada lanzó su versión vegetal.

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