La nutricionista Leila Guarnieri (M.P.: 8862), miembro de la Fundación Interamericana del Corazón, admitió que la ley de etiquetado frontal de los alimentos se cumple en muy baja medida.

“La implementación de la ley estaba prevista para el 20 de agosto de 2022, pero las empresas podían pedir prórroga hasta el 16 de febrero de este año; también hay otro factor que tiene que ver con la renovación del stock en los almacenes y supermercados”, explicó Guarnieri a Cadena 3.

Asimismo, comentó: “Realizamos un relevamiento en 6 supermercados de Capital Federal durante enero y febrero, y también estudiamos cómo se encuentran los sellos, la ubicación y tamaños de los sellos en los productos (que indican los niveles de azúcares y grasas)”.

“El incumplimiento en los puntos de venta es del 83%, los sellos no están visibles en las góndolas, y es un incumplimiento porque los sellos deben estar expuestos al consumidor”, detalló.

Además, destacó: “Los productos dirigidos a niños tenían estrategias de marketing con imágenes de celebridades o dibujos animados, y la ley regula esto, es decir, que los que estén excedidos en azúcares no puedan tener estas ilustraciones tan atractivas para los chicos”.

“La implementación es de forma gradual, empezando con las grandes empresas y desde el 20 de febrero empezaba a regir para pequeñas y grandes empresas, que pueden beneficiarse con una prórroga de hasta 180 días más”, precisó.

Y subrayó: “Necesitamos un Estado activo para que controle que la ley se cumpla”.

En una breve recorrida, los corresponsales de Cadena 3 advirtieron que en Rosario el etiquetado frontal sólo se encuentra en gaseosas y galletitas; en Mendoza la ley se está aplicando de manera gradual; en Córdoba son pocos los productos que tienen el etiquetado, básicamente las marcas reconocidas de gaseosas y snacks; y algo similar ocurre en CABA.

Por otra parte, en Chile, país pionero y que sancionó esta ley en el año 2017, entre 85 y 90% de los productos tienen el etiquetado frontal. Además, bajó la venta de cereales para niños que se consideraban saludables y no lo eran.

En 2019 otra legislación solicitó a las empresas que bajen los porcentajes de grasas y azúcares en sus productos, y las multas son muy elevadas para supermercados y fabricantes que no cumplan con la norma.