La increíble historia de Inca Kola, la gaseosa peruana de culto que le ganó a Coca-Cola y la obligó a pagar millones

La increíble historia de Inca Kola, la gaseosa peruana de culto que le ganó a Coca-Cola y la obligó a pagar millones

Joseph Robinson Lindley llegó a Perú en 1910 y 25 años más tarde lanzó la Inca Kola, como homenaje al país que lo recibi

Las grandes corporaciones no están acostumbradas a las derrotas. Por lo general, aquellas que son líderes en una categoría y avanzan a un nuevo mercado, suelen devorar a la competencia local. Este es el caso de Coca-Cola que, por ejemplo, en la Argentina logró drenar las ventas de Bidú Cola hasta reducirla a un recuerdo nostálgico (aunque hoy está de regreso). Sin embargo, en Perú se cruzó con un adversario que logró poner de rodillas al gigante: Inca Kola.

Joseph Robinson Lindley nació en Doncaster, Yorkshire, en 1859, se casó con Martha Stoppanie y a los 51 años decidió instalarse en Perú, más precisamente en Rimac. Ahí fundó la Fábrica de Aguas Gaseosas de la Santa Rosa con el objetivo de producir y comercializar bebidas.

NACE INCA KOLA Y SU SABOR "INDESCIFRABLE"

Al principio la elaboración era muy artesanal y logró cierto éxito con algunas de sus marcas, como Lemon Squash, Orange Squash, Uvital y Lindley Dry. Pero la verdadera estrella de su portafolio llegaría recién en 1935. Ese año lanzó al mercado Inca Kola, una gaseosa de color amarillo artificial que buscaba ser un homenaje a la cultura incaica y al país que había acogido a esta familia británica.

"El secreto es que el sabor no se puede identificar. Es amarillo por el oro del Perú, pero no sabor no se puede descifrar. Si te gusta o no te gusta, es otro tema", explicó Johnny Lindley, nieto de Joseph, en diálogo con El Comercio en 2010. Para crearla, indican, el fundador de la compañía experimentó con 13 hierbas hasta encontrar el sabor que buscaba. Su receta, por supuesto, es secreta.

Isaac Lindley, uno de los hijos del matrimonio, se hizo cargo de la firma en 1945. Al poco tiempo de asumir el cargo encaró algunos cambios que aumentarían la popularidad de la marca. Primero incluyó en su etiqueta uno de sus slogans más recordados: "Solo hay una y no se parece a ninguna". Luego firmó acuerdos con varias embotelladoras para que produjeran Inca Kola con un concentrado que les vendía y, de esta manera, lograría expandirse a todo el país.

LA BATALLA CON COCA-COLA

Para esa época la empresa ya lideraba el mercado de gaseosas en Perú, no obstante del otro lado tenía una ardua competencia. Coca-Cola se había instalado ahí en 1936 y a esto se le sumaba el lanzamiento de Pepsi-Cola. Entonces, Lindley empezó a utilizar las ganancias de la sociedad para desarrollar la pata industrial de la fábrica, además de invertir en publicidad.

Durante décadas el gigante de la gaseosa cola de etiqueta roja intentó descifrar, sin éxito, como vencer a aquella bebida amarilla. Tras la muerte de Isaac Lindley en 1989, su hijo Johnny Lindley Suárez asumió la presidencia. Inca Kola continuó como líder del segmento hasta que en 1996 Coca-Cola dio por terminada la pelea y sacó la billetera. Estaba dispuesta a negociar.

PASE MILLONARIO

Fueron tres años de charlas para ponerse de acuerdo con la familia. En el medio, los Lindley llevaron a cabo encuestas entre los consumidores peruanos para saber cómo se tomarían una asociación con Coca-Cola. 

Finalmente en febrero de 1999 se dio el anuncio oficial. La multinacional adquirió un 49% de las acciones de la empresa peruana. Según los medios, se especulaba con que la operación rondaría los u$s 200 millones. El acuerdo contemplaba que Inca Kola se convertiría en el único embotellador oficial de Coca-Cola en Perú, mientras que la estadounidense se encargaría de internacionalizar la bebida incaica.

"El rey del mundo nos pidió ser socios y esto no se ha repetido", resumió Johnny Lindley. Y detalló: "Inca Kola era nuestro bien heredado y pensamos: ¿quién podría tenerla segura para toda la vida? Coca-Cola, que es quien tiene la bebida número uno del mundo. Lo logramos".

APUESTA FALLIDA

Sin embargo, la expansión de la marca peruana a otros países no pudo replicar el éxito de sus tierras. En Perú aseguran que esto tiene que ver con que su sabor marida a la perfección con los platos típicos de su gastronomía.

En octubre de 2015, la familia Lindley se desprendió de gran parte del capital accionario que le quedaba de la empresa fundada en 1910. La mexicana Arca Continental compró un 47,52% de las acciones por u$s 760 millones.

Hoy Inca Kola continúa como el buque insignia de la firma en el mercado peruano. Además de su versión regular, sin azúcar y la energizante Power. En 2014 intentó innovar con otro producto pero no obtuvo los resultados esperados. Lanzó La Morenita, una gaseosa con sabor a chica morada, a la cual Coca-Cola definió como "la inversión más importante para Inca Kola". Un año después la sacaron del mercado.

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