La justicia desestimó una denuncia contra Soledad Quereilhac, pareja de Axel Kicillof, por el vacunatorio VIP

La justicia desestimó una denuncia contra Soledad Quereilhac, pareja de Axel Kicillof, por el vacunatorio VIP

La investigadora había sido señalada por Beatriz Sarlo como autora de un ofrecimiento para obtener una vacuna sin turno

 

María José Lucesole

 El juez federal con competencia electoral Alejo Ramos Padilla desestimó por inexistencia de delito una denuncia contra Soledad Quereilhac, investigadora del Conicet y pareja del gobernador Axel Kicillof, presentada por el senador Juan Pablo Allan (Cambiemos) a partir de una declaración de Beatriz Sarlo.

La ensayista había declarado recibir un ofrecimiento para vacunarse sin turno proveniente de Quereilhac, a través de un conocido en común entre ambas. Aseguró que desestimó el ofrecimiento, que había llegado como una propuesta para participar de una campaña de promoción de la vacunación, y afirmó que le pareció “un poco violento recibir el premio de la vacuna”. Semanas después estalló el escándalo del vacunatorio VIP, que mostró como el Gobierno permitía a funcionarios y oficialistas saltearse la cola y recibir las vacunas antes que el resto.

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La denuncia se sustentó en un intercambio entre Beatriz Sarlo y Carlos Díaz, director editorial de Siglo XXI Editores Argentina, del 22 de enero de 2021. Fue luego de que Díaz le ofreciera a la intelectual participar de una campaña provincial para fomentar la vacunación contra la COVID-19, a pedido de una propuesta de Soledad Quereilhac. La investigadora conocía a Sarlo con anterioridad por haber compartido ambas diferentes ámbitos académicos e intelectuales.

“Por lo que yo entendí desde provincia de Buenos Aires estaban vacunando para lograr fotos que persuadieran a la gente- declaró Sarlo-. En ese momento todavía había cierta duda de la efectividad de la vacuna. Eso llegó como invitación desde provincia de Buenos Aires, a través de la esposa del gobernador de Buenos Aires, Soledad Quereilhac. Díaz me dijo que la idea era legitimar la vacuna a través de figuras públicas. Yo soy de Capital no estaba anotada en el registro”, precisó la intelectual, que es miembro de la Academia Nacional de Periodismo.

Sarlo precisó: “Como Soledad fue alumna mía, ella se puso en contacto con mi editor. Yo no tendría problemas en ponerme la vacuna, pero no quería que la vacuna se transforme en un ´toma y daca´, por vacunar a una persona conocida (…) Nunca me dijeron el lugar donde me iba a vacunar, mi hipótesis es que iba a ser en provincia por quien me hizo el ofrecimiento”.

Al resolver el sobreseimiento de Quereilhac, el juez argumentó que “no sólo no existió contacto ni comunicación directa entre la denunciada Soledad Quereilhac y Beatriz Sarlo, sino que – incluso si Carlos Díaz hubiese actuado a exclusiva solicitud y en nombre de aquélla– en ningún momento existió siquiera una invocación de estar ejerciéndose una función pública, la que, aún en el caso de que se hubiera invocado, difícil habría sido que lograse engañar a Sarlo”. “No sólo conocía previamente a Quereilhac, sino que no podía desconocer que se trataba de la pareja del gobernador de la provincia de Buenos Aires y que no ejerce ningún tipo de función pública –como es público y notorio–. En este sentido y más allá de la discusión “ética” que se menciona en el intercambio –que excede el objeto de la presente y el ámbito de análisis del derecho penal–, desde el primer correo electrónico enviado, Díaz fue claro al señalarle a Sarlo que se le ofrecía participar en “la campaña de concientización para que la gente se vacune”, que “[e]s todo ´por derecha´, nada trucho”, agregó.

Quereilhac había pedido al magistrado descartar cualquier posibilidad de estar ante una conducta delictiva tras fomular algunas aclaraciones sobre los dichos de Sarlo.

Beatriz Sarlo, filósofa y escritora argentina. Fue profesora de literatura argentina en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires por décadasPATRICIO PIDAL/AFV

“A fines de enero de 2021 época de plena pandemia y en la que existieron intensos ataques a la vacuna Sputnik V por parte de un sector de la prensa dominante y por referentes de Cambiemos (lo asociaban básicamente con veneno) el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof comenzó a diseñar una campaña de promoción de la vacunación”, narró Quereilhac.

Y siguió: “Axel pensó en Beatriz Sarlo como posible participante de la campaña completamente pública y legal (que finalmente, además, no se realizó porque por fortuna la mayoría de la población rechazó la campaña contraria y la vacuna fue ampliamente aceptada)”.

La pareja del mandatario expresó que fue ella la encargada de contactar a la ensayista dado que había compartido una cátedra universitaria y sostenido contacto con Sarlo. “Axel me pidió que me contactara con ella y se Io propusiera, cosa que hice a través de un amigo en común, no directamente y vía correo electrónico. Esa fue toda mi intervención, consultarle a Sarlo, a través de un tercero, si quería ‘poner el hombro’ con la vacuna y contribuir con una política de salud pública, la vacunación, crucial en aquel momento de pandemia. En la tarde del 22 de enero de 2021, le conté la idea a Carlos Díaz, director de la editorial Siglo XXI (en la que publicamos nuestros libros tanto Axel y yo, como Beatriz Sarlo) quien se ofreció a consultarle a Sarlo si le interesaba participar de esta campaña y así Io hizo a través de un correo electrónico, que en su momento, por supuesto, no leí. Al otro día, Sarlo rechazó la propuesta y así nos Io comunicó Carlos Díaz. Eso fue todo”.

Ramos Padilla es el juez electoral que deberá intervenir en todo el proceso de los comicios generales de este año en el distrito con mayor peso electoral del país. Fue abogado de distintos querellantes en causas por crímenes de lesa humanidad antes de ser nombrado en el cargo en el Juzgado federal con competencia electoral N°1 en 2021. En marzo último los diputados opositores Mario Negri, Juan Manuel López y Pabo Tonelli denunciaron al magistrado ante el Consejo de la Magistratura por presunto mal desempeño y pidieron su destitución. Fundamentaron este pedido al asegurar que Ramos Padilla ofreció “un testimonio falso ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados de la Nación” cuando declaró como testigo citado a instancias del oficialismo en el proceso abierto contra los cuatro ministros de la Corte Suprema.

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