Se va un nuevo año, otro más sin haberse resuelto una problemática fundamental, urgente que la municipalidad de Río Gallegos aún no ha podido sanear, el vaciadero municipal y su quema constante, algunas veces más visible y perceptible que otras, pero siempre presente.

El basural a cielo abierto, es foco de polémicas, de procesos judiciales, de reclamos, de fuego, de insalubridad y es que el foco ígneo permanente que allí se presenta, necesita de soluciones de fondo y una consideración prioritaria de un municipio que tiene tantísimos problemas que parecen dejar en un segundo plano la grave problemática que desde el sudeste invade a la ciudad.

Las distintas gestiones aparentaron preocupación, pero ninguna desarrolló soluciones de fondo, puntualmente la finalizada gestión de Giubetich que aparentó durante cuatro años preocupación, pero que se fue sin cumplir con las promesas esbozadas mediáticamente. 

La preocupación y referencia permanente de los vecinos y vecinas que ven afectada su salud frecuentemente con la quema de basura, fue lo que puso en foco la situación, en los medios y en el consciente colectivo, pero las soluciones de fondo, en manos de la clase política, sigue esperando, mientras tanto, respiramos para no impacientarnos y mientras tanto nos intoxicamos.