Por Felipe Osman

La segunda parte de la campaña trajo dos novedades para Hacemos por Córdoba: se exacerbó el protagonismo de Juan Schiaretti en las actividades proselitistas y se endureció al máximo la confrontación entre el oficialismo provincial y la Casa Rosada.

Tal y como lo había prometido frente a una platea compuesta por más de 220 intendentes el primero de octubre, el mandatario provincial se puso al frente de la campaña, especialmente en el interior, el mismo día en que lanzó una advertencia hacia los jefes comunales que no jugarán a fondo con la boleta que lideran Alejandra Vigo y Natalia de la Sota: “El 2023 no es ajeno al 2021”.

Esa línea fue interpretada por propios y extraños de una sola manera. Los que no se encolumnaran férreamente detrás del Panal en las Legislativas de este año no podrían utilizar el sello del oficialismo para retener sus municipios y comunas cuando llegue el momento del recambio. Se acababa el lugar para practicar el doble juego al que muchos habían apelado durante la previa de las PASO para no perder el favor de la Provincia ni de la Nación. Ya no más.

Parado decididamente como un opositor al Frente de Todos, el Centro Cívico ya no aceptaría medias tintas.

Ese mensaje no habría sido sólo una “amenaza”.

Tras la reunión que un centenar de intendentes y jefes comunales cordobeses mantuvieron con el Jefe de Gabinete y los portaestandartes locales del oficialismo nacional en el Centro Cultural Kirchner el último miércoles, el Frente de Todos dejó ver que desde Buenos Aires tampoco aceptarían el doble juego: la lista de los asistentes trascendió de inmediato. Piedra libre para todos los “compañeros”.

La reacción de Hacemos por Córdoba no se hizo esperar. Desde el mismo jueves los dirigentes que arman para el gobernador en los distintos departamentos de la provincia empezaron a recibir un mensaje: comenzar a posicionar, en las localidades que gobiernan los intendentes alineados con Balcarce 50, dirigentes capaces de disputarles el mando en el 2023.

Pero hacen falta dos para bailar un tango, y la Casa Rosada no se quedaría atrás. Fuentes nacionales aseguran que el Frente de Todos tampoco seguirá aceptando que los intendentes y jefes comunales que los acompañan sigan jugando “a dos bandas”, y traspuesto el 14 de noviembre solo recibirán el favor presidencial quienes se alineen con el oficialismo nacional sin medias tintas.

Sobre la recta final la fricción entre Hacemos por Córdoba y el Frente de Todos se asoma al punto de ebullición, mientras los sondeos -de consumo permanente y siempre dudosa certidumbre- apuntan una caída en los respaldos hacia la Casa Rosada.

En rigor, sólo esa caída podría garantizar al Centro Cívico conservar la tercera banca en Diputados, ya que tanto oficialismo como oposición coinciden en que Juntos por el Cambio tiene prácticamente asegurado llevar a seis representantes a la Cámara Baja.