La pata sindical de Vigo empuja a Daniel Passerini en el tramo final de la campaña

La pata sindical de Vigo empuja a Daniel Passerini en el tramo final de la campaña

Con una CGT dividida y que mira con desconfianza la transversalidad de Schiaretti, las 62 Organizaciones recibirán al candidato antes del cierre de la puja por la capital. Un peronismo particular que discute a viva voz con los gremios.

Por: César Pucheta.

Daniel Passerini transitará las horas finales de su campaña por la intendencia de la capital en una de las sedes de la Asociación Libre de Empleados de Correos y Telepostales de Córdoba (Alecyt). El próximo miércoles será recibido por la cúpula de las 62 Organizaciones Peronistas y sus cuerpos orgánicos. Allí también estará el gobernador electo Martín Llaryora y se descuenta la presencia de la senadora Alejandra Vigo y de otras referencias del peronismo de la ciudad.

De esa manera, la organización gremial encabezada por Ricardo Moreno, que antes de que fraguara la unidad capitalina había expresado su apoyo a la candidatura de Miguel Siciliano, será la encargada del cierre sindical de la campaña del viceintendente que quiere quedarse al frente del Palacio 6 de Julio a partir de diciembre. Aunque el acto final de Hacemos Unidos por Córdoba todavía no está definido, se espera que las 62 Organizaciones también movilicen de manera "contundente" al evento.

El apoyo de las 62 se revaloriza en un escenario de fuerte dispersión sindical y de rechazo a la estrategia transversal del oficialismo para este año electoral. También en la necesidad de ajustar todas las tuercas con miras a una batalla reñida con el radical Rodrigo de Loredo.

Luego de la normalización de la CGT Regional Córdoba, que corrió a José Pihen de la conducción de la central y que arrimó las bases provinciales a la estructura nacional, las relaciones virtuosas entre las conducciones sindicales y el peronismo cordobesista se fueron desgranando.

Más allá de los gestos compartidos, el espacio de Pihen se quedó con el puesto mejor ubicado entre los gremialistas que participaron en la elección provincial, pero el acceso efectivo a la Unicameral depende de la magnitud del éxodo de representantes al Ejecutivo. Por ejemplo, Edgardo Russo ocupó el lugar 25 de una lista sábana por la cual ingresaron 20 representantes. Ya con menos chances, ocupó el renglón 31 Sergio Fittipaldi, el otro hombre fuerte de las 62 Organizaciones.

En tanto, la nueva conducción de la CGT apenas alcanzó a poner a Silvina Jurich como suplente de Paulo Cassinerio por el departamento Capital. El futuro de gestión que todos auguran para el actual ministro de Vinculación provincial abre la expectativa para la eventual llegada a la banca de la dirigente y esposa del titular del gremio de Comercio, Pablo Chacón.

El daño colateral del transversalismo

En el universo cegetista cordobés, Chacón es el hombre mejor vinculado con Vigo, la verdadera armadora de la estructura cordobesista. Si bien no hay tensiones públicas, la relación no es la misma con el resto de la nueva conducción que componen Rubén Urbano (UOM), Ricardo López (ATSA) y Edgar Luján (Camioneros). El terceto sostiene lazos directos con la estructura nacional con la que el schiarettismo mantiene sus diferencias, aunque no de modo irreconciliable.

La vieja guardia del formato Hacemos Unidos por Córdoba tampoco digiere que la CGT cordobesa haya dado “libertad de acción” a los gremios y a las bases sindicales y un mandato de cúpula de “no jugar” en ninguna de las elecciones en las que participará el PJ cordobesista este año.

Si bien es cierto que se registraron acercamientos con Llaryora y Passerini, algunos de los secretarios generales no fueron a votar el 25 de junio por considerar que “no había candidatos peronistas”. El enojo puntual no era con los aspirantes, sino con los armados que prefirieron poner el foco en la apertura hacia otros espacios como el PRO y el radicalismo, en lugar de priorizar a la unidad del peronismo mediterráneo.

“Hay que tener un límite, los dos vice son del PRO”, uniforman en la conducción cegetista en referencia a la vicegobernadora electa, la radical Myrian Prunotto, y al ex titular del partido amarillo Javier Pretto, que secunda a Passerini. A la vez, marcan las distancias con la estrategia que le adjudican a Schiaretti que, en la mirada de una parte de central gremial mediterránea, “está más preocupado en ver cómo ayuda a Larreta que por cualquier otra cosa”. “Quiero creer que Llaryora todavía no tiene la lapicera y que esto será distinto”, dicen albergando alguna esperanza inmediata.

La otra cara de la estrategia anti-Juez

El panorama general de cara a la elección del 23 de julio se completa, como ya contó Letra P, con un SUOEM que apura a Llaryora; con la UTA envuelta en una disputa interna en la que todavía no hay una conducción reconocida homogéneamente por las bases y una relación políticamente compleja con el Sindicato Único de Recolectores de Residuos y Barrido (Surrbac), que mantuvo una relación de convivencia pacífica durante el llaryorismo, pero con aceitados vínculos con el peronismo a nivel nacional.

Todo coronado por una campaña provincial y otra municipal en la que "el poder de los gremios en la Municipalidad" se utilizó para acusar a figuras opositoras de connivencias poco claras, o bien, para mostrar fortaleza detrás de decisiones que buscaron "poner un freno" a la incidencia sindical en las políticas de gobierno.

En ese marco, queda Vigo y quedan las 62 Organizaciones, que tienen a Moreno en la lista que encabezan Passerini y Pretto, con grandes chances de ingresar al Concejo Deliberante.

La semana pasada, en el salón de Alecyt ubicado en pleno casco céntrico capitalino, Vigo y Passerini reunieron a la tropa con la intención de pedir el empujón definitivo para los últimos 15 días de campaña. “Hagan todos los esfuerzos posibles. Con gestión y presencia territorial, el peronismo puede lograr retener la Municipalidad”, pidió el viceintendente.

La senadora, capitana de los armados del peronismo en la ciudad de Córdoba, también comprometió al espacio para continuar el trabajo militante durante la campaña presidencial de Schiaretti, su marido, que tras lanzar oficialmente su postulación viajó a los Estados Unidos. Allí se reunió con inversores y ejecutivos del JP Morgan y este miércoles disertó en el VI Foro de Gobiernos Locales y Regionales sobre la agenda 2030, en el marco del Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

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