La reapertura mejoró el humor en bares, restoranes y gimnasios de Córdoba

La reapertura mejoró el humor en bares, restoranes y gimnasios de Córdoba

Referentes de los sectores que estuvieron cerrados por 14 días festejaron la vuelta a la actividad. Y piden no dar marcha atrás.

La reapertura de bares, restoranes y gimnasios desde este lunes inyectó una pócima de buen ánimo y expectativas favorables en el músculo vital de los empresarios y trabajadores de estos sectores.

También avivó el entusiasmo de quienes se dedican a prestar servicios en centros de formación profesional, academias de idiomas; escuela de danza, canto y teatros, y en natatorios, entre otros.

Gabriel Barrios es uno de los socios del bar La Galatea, en la esquina de Cervantes y Fragueiro, en Alta Córdoba. 

“Arrancó tranquilo el día pero viene bien el nivel de reservas, tanto para entresemana como para el viernes y el sábado” se entusiasma el joven emprendedor. 

Dice que atravesó las últimas dos semanas “remando duro” con las modalidades autorizadas para el sector gastronómico en ese lapso: entregas a domicilio y comidas para llevar. 

“También vendimos plantas en macetas”, agrega el muchacho señalando los retoños florales y aromáticas junto a la puerta de ingreso al local.

Flavia Arregui, del Café de la Plaza (el reducto con más historia en el rubro en el barrio de ‘La Gloria’) coincide con su colega en la descripción de lo sucedido durante el funcionamiento acotado y en las perspectivas que avizora para el negocio. 

“Estuvimos trabajando ahí nomás con el delivery y el take away; en niveles muy bajos en comparación con el movimiento habitual”, resume lo ocurrido.

“Muchos clientes no estaban informados de las restricciones y se enojaban porque no podían pasar ni sentarse a consumir”, agrega la joven.

Asegura que la mayoría de los parroquianos han internalizado las medidas sanitarias para prevenir el contagio del coronavirus. “Aunque nunca falta quien pone mala cara cuando le tomamos la fiebre o le pedimos que entre con barbijo y se desinfecte las manos con alcohol; pero son los menos”, aclara.

Mabel y Esther certifican la veracidad del comentario asintiendo con la cabeza. Están sentadas en una mesa sobre la vereda que da a la calle Fragueiro.

“Extrañábamos arrancar el día compartiendo un ‘cortadito’ antes de empezar la jornada laboral”, admite una de ellas sin quitarse los anteojos para sol. Ambas se dedican al rubro vestimenta. 

Esperanzas renovadas

Lucas Feducia, dueño de La Tasca, la tradicional cafetería y restorán del centro histórico de la ciudad de Córdoba (a 120 metros de la plaza San Martín y de la iglesia Catedral) también está contento por la reapertura.

“Bajar la sillas de las mesas siempre renueva las esperanzas”, resume el empresario su espíritu.

“Para muchos clientes esto es mucho más que un café, un almuerzo o una cena. Es una vía de escape en medio de tantas malas noticias y la posibilidad de reencontrarse en un entorno cuidado y protocolizado”, razona.

“Los bares y restoranes, como otras mini pymes, son un motor generador de empleo directo e indirecto; se debería apostar al sector para ponernos en marcha nuevamente”, plantea y sugiere.

Por su parte, Fernando Faracco, director ejecutivo de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Córdoba celebra el retorno de la actividad y espera que la apertura se sostenga y amplíe.

“La gastronomía es probablemente el lugar más seguro para reuniones de hasta seis personas porque los protocolos se están cumpliendo a rajatablas y va continuar así porque necesitamos trabajar, seguir abiertos”, plantea el dirigente.

“Lamentablemente, en el camino ha quedado el 45 por ciento de establecimientos y la mayoría de los que siguen abiertos tiene pasivos grandes porque las facturas de servicios y los impuestos siguen llegando y financiarse resulta cada vez más pesado”, describe la realidad del rubro. 

También Juan Rousselot, titular de la seccional local de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), celebra la flexibilización de la actividad desde este lunes.

“Aunque consideramos que aún falta mucho por hacer, los trabajadores gastronómicos sentimos un poco de alivio por la reapertura; no obstante, insistimos en que quedan sectores que ya no tienen margen de subsistencia ni posibilidades de satisfacer, siquiera, sus necesidad básicas”, infiere el gremialista.

Esta semana, dirigentes del sector mantendrán una nueva audiencia con el ministro de Trabajo de la provincia, Omar Sereno, para analizar medidas que mitiguen la difícil situación que atraviesa la actividad.

Gimnasios, en movimiento

Los gimnasios también recibieron bien la medida del gobierno provincial.

“Estamos con mucha expectativa por la vuelta y los usuarios se muestran con ganas de retomar la actividad presencial en los establecimientos”, plantea Noelia Minatto, de la Cámara de Gimnasios de Córdoba (CGC).

“El rubro seguirá trabajando con la seguridad que nos ha caracterizado, respetando el protocolo vigente para los gimnasios y priorizando el cuidado de la salud”, promete en nombre del colectivo.

“Arrancamos con muchas ganas y optimismo, ajustados al protocolo de bioseguridad de excelencia que tenemos. Por eso invitamos a los cordobeses a que se incorporen a los gimnasios”, describe y propone el entrenador.

“Es una injusticia que uno de los rubros que es parte de la solución y no del problema haya estado tanto tiempo con las puertas cerradas; esperamos que las autoridades tomen real dimensión del asunto y que no vuelvan para atrás nunca más”, augura el dirigente.

Vaivenes

Carolina Cabrera es licenciada en educación física y su travesía por la pandemia le provocó y le provoca sensaciones encontradas.

“El 17 de marzo cerré mi gimnasio de manera temporal y lo hice de forma definitiva el 20 de junio porque fue imposible soportar los gastos que implicaban un alquiler, el pago de sueldos, los impuestos…”, comenta.

“Tuve que reinventarme para cubrir por un lado mi demanda económica y por otro, el requerimiento de los alumnos ante el evidente impacto en la salud que les provocaba el aislamiento”, explica la joven profesora.

“Hoy sigo dando clases de modo virtual porque la prescripción y el acompañamiento en un correcto plan de gimnasia se han tornado un valor fundamental, hoy más que nunca, para mitigar el deterioro que el confinamiento está provocando en el cuerpo de la gente”, explica.

En relación con la reapertura, Cabrera opina que “es una necesidad laboral, pero, ante todo, es esencial poder ejercer la función social que compete a los ‘profes’ en tanto portadores de un saber sobre el cuerpo que hoy se ve exigido a un cambio radical en sus hábitos”, redondea el concepto.

“Necesitamos movernos con calidad y conocimiento”, concluye.

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