Tras la marcha y la ruptura con Cristina, Moyano queda más aislado en la CGT

El camionero reunió ayer a su tropa para hacer un balance de la movilización, pero faltaron algunos de sus dirigentes más fieles. Inquietud por eventual represalia del Gobierno

ELIZABETH PEGER.

El día después de la masiva movilización que encabezó en Plaza de Mayo, y que significó su ruptura política definitiva con el Gobierno, no fue todo lo que esperaba Hugo Moyano. El camionero reunió ayer a su tropa para hacer un análisis del impacto político de su demostración de fuerza y de las duras críticas que lanzó contra la presidenta Cristina Fernández, pero terminó más preocupado por nuevos faltazos de algunos de sus aliados claves al encuentro.

Es que si de algo tomo nota Moyano durante la marcha del miércoles fue del profundo aislamiento que atraviesa su conducción en la CGT. Lo denunció en el discurso, cuando acusó al Gobierno de haber puesto en marcha una campaña de “aprietes” sobre gran parte de la dirigencia cegetista para exponer su soledad.

El textil Jorge Lobais y el dirigente del gremio de la carne Alberto Fantini se bajaron de la marcha después de las críticas que Cristina formuló en su contra por reclamar la rebaja del impuesto a las Ganancias cuando miles de trabajadores de sus sindicatos cobran parte de sus salarios con subsidios estatales (Repro) para garantizar sus empleos. El diputado y abogado de la central obrera, Héctor Recalde, tampoco acudió a la Plaza. Además, antes de la convocatoria a la movilización también el dirigente de pasteleros Luis HLebowicz había tomado prudente distancia de los planes del camionero de profundizar su embestida contra la Casa Rosada.

En el almuerzo de ayer en el camping del gremio de plásticos en Esteban Echeverría, del que llamativamente no se difundieron fotos, los grandes ausentes fueron Omar Plaini (canillitas) y Juan Carlos Schmid (dragado), dos hombres fuertes del moyanismo. Cerca del jefe sindical justificaron las ausencias en compromisos legislativos y gremiales de ambos dirigentes y rechazaron cualquier alejamiento. En cambio, entre los opositores al camionero subrayaron supuestas diferencias de los dos gremialistas con la decisión de Moyano de acelerar los tiempos de la confrontación con el kirchnerismo.

Sorpresivamente y a pesar de la intención de hacer un balance de la marcha, el jefe de la CGT eligió el silencio durante el encuentro. No hubo arenga, ni agradecimiento por los apoyos ofrecidos en el acto. Moyano se limitó a observar un video editado con los pasajes centrales de su discurso y las imágenes de la movilización.

Su hijo Facundo Moyano, jefe del gremio de peajes y diputado nacional por el kirchnerismo, fue el encargado de ejercer la defensa pública de los duros cuestionamientos que desgranó su padre contra el Gobierno. Justificó el tono del discurso al considerar que “si hubo una palabra dura por parte del secretario general de la CGT, fue por la irresponsabilidad de la primera mandataria”.

La charla entre la dirigencia moyanista se concentró ayer en el análisis de los próximos pasos del Ejecutivo y de la inminente decisión del Ministerio de Trabajo de anular el congreso de renovación de autoridades convocado por el camionero para el 12 de julio. Al respecto, adelantaron que desconocerán la decisión de la cartera laboral y recurrirán a la Justicia para impugnarla. “El congreso se hace si o si. Vamos a reelegir a Moyano”, garantizaron.

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