Tras la masiva movilización impulsada por la CGT y los desmanes que se generaron con posterioridad, el dirigente Oscar Barbieri -desde Buenos Aires- sostuvo: “La movilización cumplió las expectativas en cuanto a la gran convocatoria y a la cantidad de organizaciones gremiales presentes” y fue más allá al decir que “se pareció al 17 de octubre de 1945, pero esta vez no fue para rescatar a un líder, sino para marcar un límite al Gobierno de (Mauricio) Macri, que con sus políticas avanza contra los trabajadores”.

El cambio de rumbo económico, el freno a los despidos y la demanda de modificaciones en torno a la política de importaciones fueron “los ejes del reclamo de la CGT”, indicó Barbieri, quien consideró que la de este martes fue una contundente muestra de fuerza al Gobierno.

Luego el dirigente hizo referencia al pedido que algunos sectores hicieron a la cúpula de la CGT para que le ponga fecha al paro de 24 horas que se había anunciado, lo cual generó desmanes tras el acto: “En lugar de anunciar un paro de 24 horas para los últimos días de marzo o los primeros de abril, tal vez habría que haber fijado una fecha”, pero la decisión que se tomó también demuestra “un grado de madurez y de prudencia” de parte de la dirigencia de la CGT. “Le dimos una nueva oportunidad a Macri”, expresó.

“Hay quienes piensan que fuimos demasiado tibios, que lo sucedido debe ser un llamado de atención a la conducción de la CGT y se pone el foco en la frase ‘con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes’”, admitió Barbieri, e instó a que “se haga un análisis puertas adentro de lo sucedido”.

“La CGT no es un ejército, no todos pensamos igual, hay matices y hay que debatir lo que pasó”, remarcó en declaraciones a esta Agencia y, en tal sentido insistió en la necesidad de que “se convoque a un plenario de las regionales de todo el país”.