Paritarias de Aceiteros: Una fórmula sucia del gobierno para contener la inflación

Paritarias de Aceiteros: Una fórmula sucia del gobierno para contener la inflación

Los Aceiteros rechazaron el viernes el intento de Alfredo Giuliano y una comisión 'nombrada a dedo' de aceptar una recomposición salarial del 15% para este año. El año pasado los aceiteros cerraron un acuerdo del 31% y durante todo 2017 reclamaron a Giuliano que convoque a elecciones como dispone el estatuto y que deje su cargo.  Los trabajadores sospechan que Giuliano trabaja para cumplir las metas del gobierno.

El conflicto interno dentro del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Necochea, Quequén y Lobería volvió a presentar un nuevo episodio, esta vez en el marco de las negociaciones salariales paritarias, revelando de una vez la verdadera naturaleza del rompimiento y una estrategia que pareciera partir directamente del gobierno para negociar salarios acotados a las metas de inflación.

Sucede que el pasado viernes en la sede del sindicato se celebró por la tarde una asamblea en la que el Secretario General Alfredo Giuliano junto a un pequeño grupo que lo acompañó para "conformar a dedo" la comisión directiva, trató de votar sin conseguir apoyo para negociar una recomposición salarial del 15%.

El salario de los aceiteros marcó el techo de las paritarias del 2017, cuando consiguieron una recomposición del 31%. En esta oportunidad el intento de Giuliano y sus laderos estaba centrado en conseguir un acuerdo salarial acotado a los deseos del gobierno, que fijó una meta del 15% para la inflación de este año.

Además propuso resignar 6 puntos del convenio colectivo de trabajo que reduciría una serie de derechos adquiridos por el Sindicato a lo largo de distintas negociaciones.

Giuliano, con el acompañamiento de Mario Arias,  Anibal Gonzalez, Gustavo Constanzo, Fabian Colonna, "El Manteca" Martinez y Alejandro Marcos, que conformaron parte de la Comisión Directiva del Sindicato nombrados a dedo por el Secretario General, no consiguieron que los trabajadores acompañaran la medida aún cuando la sede estaba fuertemente custodiada por la policía, cuya presencia tenía raíz en la prevención para proteger a Giuliano luego del escrache que sufriera en diciembre pasado.

Sucede que los trabajadores le reclaman a Giuliano que llame a elecciones desde principios del año pasado, algo a lo que se niega aún a pesar de la orden de la Justicia Federal para que responda con urgencia al Ministerio de Trabajo en su exigencia para que convoque los comicios (algo que los trabajadores tuvieron que forzar coin protestas frente a la fábrica dada la inacción ministerial), que tendrían que haber sido celebrados en julio.

La molestia de los trabajadores llegó tan lejos que a fines de diciembre del año pasado Giuliano sufrió un escrache a la salida de las dependencias del Ministerio de Trabajo en calle 56: decenas de trabajadores le reclamaron al sindicalista que llamara a elecciones como establece el estatuto de la institución. A raíz de ello, Giuliano pidió una restricción de acercamiento sobre algunos trabajadores que no pudieron siquiera presentarse en la Asamblea del viernes a oponerse a su propuesta.

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En el marco de este conflicto, a pesar de la ilegitimidad evidente de Giuliano, el Ministerio de Trabajo mantiene la línea de diálogo con el secretario general tratando de conseguir compulsivamente un acuerdo que los trabajadores rechazaron de plano el viernes.

¿Acuerdo con el gobierno?

En las fábricas se ha vuelto vox pópuli el acuerdo espurio que mantendría Giuliano con el gobierno. En el pasado el propio secretario gremial de Aceiteros, Sebastián Scott señaló al diputado provincial Martín Domínguez Yelpo como el verdadero artífice de la prolongación del conflicto al interior del sindicato.

A pesar de la disposición del Ministerio de Trabajo para que se celebren unos comicios que con seguridad lo desplazarían de su cargo como Secretario General, Giuliano permanece en su puesto y hasta consiguió que las presentaciones de sus propuestas acomodadas a la medida del gobierno se realicen con custodia policial.

La negativa de los aceiteros tiene que ver no sólo con su rechazo a una recomposición que apunta a un techo puesto por el gobierno, sino a que inicialmente no reconocen la legitimidad de Giuliano para trabajar en ese tema en su representación. 

Por ahora la propuesta ha quedado rechazada internamente, por lo que de oficializarse un nuevo paso en las negociaciones las cosas podrían volver a calentarse. Aunque la solución al conflicto llegaría de la mano de los comicios, parece que una situación así no se vislumbra en el horizonte de Giuliano y su "comisión a dedo", que parece estar más interesado en seguir los intereses del gobierno que de la gente a la que debiera estar representando a pesar de lo irregular de su situación.

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