Para el presidente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, Diego García Luchetti, la industria pesquera marplatense requiere de urgentes medidas de estímulo. A pesar de que los números globales indiquen que durante este año la pesca está registrando un nivel de facturación récord, lo cierto es que esas cifras se explican por una inusual abundancia de langostino, cuyos beneficios se distribuyen sólo entre algunas empresas del sector.

“La mayoría de la industria sigue estando en una situación muy difícil y sin rentabilidad”, le aseguró el dirigente a LA CAPITAL.

En su opinión, las autoridades no deberían entusiasmarse más de la cuenta con las estadísticas globales, sino que deberían advertir que el puerto local continúa sumergido en una profunda crisis. “Hay un contexto macroeconómico muy desfavorable con retraso cambiario y altos costos, lo que le quita rentabilidad a una de las principales producciones del puerto de Mar del Plata, que es la que relacionada con la pesca y el proceso de merluza hubbsi y de otros pescados”, explicó.

La Cámara de Armadores nuclea en la actualidad a unas 16 empresas propietarias de 65 buques fresqueros de altura, cuya principal actividad se relaciona con la captura de materia prima que es procesada en fábricas. “No digamos que en ese aspecto el puerto de Mar del Plata está parado, pero sí que desde hace mucho tiempo está funcionando muy por debajo de su capacidad”, aseguró.

Según García Luchetti a la actividad le resultará muy difícil mejorar su situación sin políticas de fomento concretas y específicas. “Debe haber un paquete de medidas que nos permita salir de la crisis crónica. Tenemos que recuperar competitividad y para eso se deben reducir los costos laborales, abaratar el precio del combustible y mejorar el acceso de nuestros productos a los mercados internacionales”, indicó.

Para el dirigente, el planteo de la cámara -repetido a coro por otras entidades de la pesca local- no está disociado de la forma en la que el Gobierno actuó frente a las demandas de otros sectores productivos. “Tenemos como ejemplo lo que ocurrió en el Alto Valle del Río Negro, donde se declaró la emergencia frutihortícula. A partir de eso se implementó un paquete de medidas como el que la pesca marplatense está necesitado”, indicó.

Para García Luchetti lo central es disminuir el costo laboral “no para que los trabajadores ganen menos” sino para que las empresas “dejen de tener por cada trabajador un costo casi equivalente al de su remuneración”.

“Otro tema crucial es el combustible” dijo. “Compramos el gasoil pagando todos los impuestos, los cuales nos son devueltos mucho tiempo después, generándonos un gran daño financiero. Los uruguayos, que a veces pescan en la misma zona que nosotros, tienen descontada toda esa carga impositiva en el surtidor y esa es una ventaja con la que nosotros no contamos”, indicó.

García Luchetti destacó que junto a eso, el sector requiere mejoras en las condiciones de comercialización de sus productos. En este sentido remarcó la necesidad de que desde la diplomacia se logren acuerdos para reducir aranceles y que desde el punto de vista fiscal se trabaje para mejor los reintegros a algunos productos. “En especial del filet de merluza elaborado en tierra, que por el valor agregado que posee y por el impacto social que tiene su producción debería tener una devolución adicional a la que actualmente se le da”, sostuvo.