En medio de las políticas de ajuste y vaciamiento del Estado, a finales del mes de febrero, más de 350 trabajadores y trabajadoras de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo, conocida como ACUMAR, recibieron la notificación por correo electrónico de que habían sido despedidxs.
Por este motivo, el organismo quedó paralizado debido a la falta de personal y recursos económicos. Además, alertaron que podrían peligrar las tareas de saneamiento del Riachuelo.
El organismo estatal se encarga del saneamiento ambiental de la Cuenca del Río Matanza-Riachuelo donde viven más de 7 millones de personas y hay cientos de industrias empadronadas como contaminantes.
Natalia Vázquez, despedida del Área de Ordenamiento Territorial de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo, comenta «Ya desde el 2024 veniamos teniendo despidos, con causas totalmente fraudulentas. Se ampararon en negligencias de la gestión anterior de Sabatella. En su mayoría somos trabajadores territoriales, y como la gestión de RRHH anterior no dejó asentado esto, se agarraron de eso para decir que no trabajábamos. El trabajo realizado en el territorio no se tomaba en consideración, y decian que no cumplíamos con la carga horaria».
Venimos desde que inició la gestión con un ahogamiento presupuestario», agrega Natalia. «Teniamos que hacer magia porque no nos daban presupuesto, pero teníamos que sostener la acitvidad. Lo más importante de ACUMAR para poder cumplir con el Plan de Saneamiento, es tener una fuerte inversión. ACUMAR requiere una intervención con presupuesto que fue fuertemente ahogado y donde, tras los despidos, tenemos claro que apuntan a cerrar el organismo, fusionarlo a algún otro ente hídrico pero hacer desaparecer su propósito».
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