Los trabajadores del volante presentaron en septiembre el estudio de costo que avala el pedido de aumento de tarifa que requieren.

La intención, señaló Amilcar Salgado, propietario de una remiseria, es que la ordenanza que establecería el aumento, "se promulgue antes de fin de año, pero tendría efectividad para enero".

Desarrollado el estudio de costos que determina el precio, taxistas y remiseros decidieron reducir el importe real que les daba. "Calculamos que si no lo hacíamos, no subía nadie al auto, por el impacto que iba a generar, ya que daba cerca de 22 pesos", resaltó el propietario.

De esta manera, la solicitud de la bajada que se hizo fue de "16.50 pesos para el taxi, mientras que 17.50 para el remis".

Lo que se consideró en esta reducción,"es para ver este movimiento político que se vienen dando, como nos va a afectar en los costos, y si pedimos un segundo aumento si hace falta en los primeros cuatro meses del año que viene", señaló el propietario.

Y agregó: "Un arreglo básico para el auto está saliendo 5 mil pesos, y hablo de un rayón. El auto está todo el día en la calle, y por el tipo de ciudad que tenemos, las calles y el tráfico provocan un desgaste general que suman mucho gasto, números impresionantes con respecto al ingreso. Se alcanzan a cubrir los gastos, pero prácticamente salimos hechos, si te pasa algo es complicado".

Aclaró que la diferencia de precio en la bajada de bandera entre el remis y el taxi, se debe al "costo operativo que tenemos, y los pocos años de unidad respecto al taxi. Uno tiene una central para 60 autos, y nosotros una por siete u ocho, lo cual se hace más caro el costo para mantenerlo".