“El trabajo es dignidad, lucha y esperanza”: el PJ de La Costa celebró el Día del Trabajador con llamados a la unidad y defensa del modelo nacional

“El trabajo es dignidad, lucha y esperanza”: el PJ de La Costa celebró el Día del Trabajador con llamados a la unidad y defensa del modelo nacional

El Partido Justicialista local acompañó las actividades organizadas por las 62 Organizaciones Peronistas y la CGT Regional Tuyú, en actos que contaron con una fuerte impronta en defensa de los trabajadores, la soberanía y la gestión con sentido social frente al avance del ajuste.

En el marco del Día del Trabajador, el Partido Justicialista (PJ) de La Costa se sumó a los actos conmemorativos organizados por la rama política sindical del distrito, integrada por las 62 Organizaciones Peronistas, y por los gremios nucleados en la CGT Regional Tuyú. Las celebraciones, que se desarrollaron en distintos puntos del partido, expresaron el compromiso del peronismo con la clase trabajadora, en un contexto social y económico marcado por la confrontación con las políticas del gobierno nacional.

Entre los encuentros más relevantes, se destacaron dos eventos que sintetizaron el espíritu de la jornada. Por un lado, en San Clemente del Tuyú, las 62 Organizaciones Peronistas — bajo la conducción de Jorge Fernández, trabajador de la seguridad privada— organizaron una convocatoria en la sede del PJ local. Por otro, en Santa Teresita, la CGT Regional Tuyú, liderada por el camionero Damián Comas, celebró un acto en el polideportivo del Barrio Las Quintas. Ambos eventos iniciaron al mediodía, reuniendo a dirigentes, militantes y vecinos en un clima de fraternidad y reivindicación obrera.

Durante los discursos, el intendente del distrito Juan de Jesús hizo un llamado enfático a la unidad del campo nacional y popular. En ese sentido, denunció las medidas del gobierno de Javier Milei por atentar —según expresó— contra el patrimonio nacional y los derechos adquiridos. A su vez, destacó los logros de los gobiernos peronistas durante los últimos 40 años de democracia, sin omitir los errores cometidos, entendiendo que forman parte del ejercicio mismo de gobernar.

La alocución del jefe comunal se caracterizó por un tono emotivo y reflexivo. Reivindicó el valor del trabajo en todas sus formas: desde el obrero hasta el pequeño empresario, pasando por el trabajador de escritorio o de la calle. “El trabajo es el que lleva el pan a la casa, y hoy estamos aquí, porque si es el día del trabajo, estamos los trabajadores”, sostuvo ante una audiencia que acompañó con aplausos.

Además, con un lenguaje simbólico y popular, criticó la actitud de quienes “se miran el ombligo” y se olvidan del otro. Subrayó que la falta de pan en la mesa no es una estadística sino un dolor tangible que solo comprende quien lo ha vivido. “El hambre duele, y cuando hay dolor, el hombre se levanta y pelea”, expresó.

Con un fuerte contenido ideológico, también remarcó que la política debe estar al servicio de la gestión, y viceversa. “No hay gestión sin política”, sentenció. Y enumeró obras locales como ejemplo de políticas públicas con sentido social: escuelas, ambulancias, pavimentos, colectivos. “Todo esto es política —enfatizó— porque tiene un propósito, una explicación, una razón que es la gente”.

La jornada dejó en claro que para el peronismo costero, el Día del Trabajador no es solo una conmemoración, sino una reafirmación de principios: el trabajo como motor de justicia social, la unidad como herramienta de resistencia, y la política como instrumento transformador.

 

Transporte público, gestión con sentido social y el rol de la política: “No hay gestión sin política, y la política es acercar derechos”

El discurso del intendente continuó con una firme defensa del rol del Estado en la vida cotidiana de la comunidad, especialmente en lo referido al transporte público. A través de un repaso histórico, recordó que durante muchos años, el servicio de colectivos en el Partido de La Costa estuvo privatizado, con una fuerte desatención en temporadas bajas. “En invierno, los pibes haciendo dedo, los trabajadores haciendo dedo, todos en la ruta haciendo dedo”, graficó con crudeza.

Ante ese abandono, destacó la decisión política tomada en 2005 por la gestión municipal de ese entonces —también peronista— de comprar 14 colectivos e impulsar el servicio a través de cooperativas de trabajadores. Si bien alguna se nego por considerar que “daba pérdida”, otras asumieron el desafío. La idea no era generar ganancia, sino ofrecer un servicio esencial que garantizara derechos. “Podríamos haber traído una empresa privada, pero la plata se la llevaban para afuera. Hoy, con el sistema público, el dinero de los boletos se reinvierte acá”, explicó.

Ese mismo sistema, recalcó, permitió transportar en apenas dos años más de 4.700.000 pasajeros, de los cuales 1.300.000 fueron boletos de diez centavos, destinados principalmente a estudiantes. “Eso era política también: facilitar que un chico pudiera ir a la escuela”, dijo, reforzando la idea de que la política no es solo una herramienta de gestión, sino un acto de justicia social.

Actualmente, el sostenimiento del transporte público en el distrito cuesta 49 millones de pesos por mes, un monto creciente desde que el gobierno nacional eliminó los subsidios al sector. “Hoy el pasajero paga un poco más, pero también el Estado municipal pone de su parte. Porque esto es lo que significa gobernar con compromiso”, señaló, apelando nuevamente a la importancia de explicar cada decisión.

En tono íntimo, recordó cómo su historia personal lo llevó al compromiso con la gestión pública: “Me fui a estudiar a Buenos Aires, pero siempre supe que tenía que devolver lo que recibí de esta tierra. No me presento solo como intendente, sino como un ser humano”.

Desde allí, hizo un llamado a no claudicar ante la adversidad, aun cuando “los años pasen” o “las piernas flaqueen”. “Lo importante es que no se apague la mente ni se enfríe el corazón. Hay que tener la cabeza clara para saber dónde está la necesidad, y el corazón caliente para responder con sensibilidad”, afirmó.

Sobre el contexto nacional, no ocultó su preocupación: “El año pasado la pasé muy mal. Ver que ganó Milei, ver cómo devaluó el 118% del peso, cómo afectó los salarios y eliminó la obra pública... Todo eso nos golpeó”. Aun así, pidió no adjudicar las dificultades locales a la falta de voluntad política distrital, sino a las decisiones del actual gobierno nacional. “”.

Así, en una segunda instancia del acto cerró con un mensaje claro: el peronismo local se planta desde la gestión, la memoria y el compromiso. Gobernar, remarcaron, es hacer política para el pueblo, no negocios para unos pocos.

 

La obra pública como derecho, el rol de los partidos políticos y la amenaza del poder económico

El intendente profundizó en la idea de que la política es una herramienta para garantizar derechos, y que su desmantelamiento, impulsado desde el gobierno nacional y acompañado por una parte del poder económico, perjudica directamente a los sectores más vulnerables.

Recordó que muchas obras esenciales para el Partido de La Costa —como plantas de agua potable, cloacas y asfaltos— ya estaban incluidas en el presupuesto nacional durante la gestión de Alberto Fernández, gracias a gestiones de Juan Pablo de Jesús. Sin embargo, con el cambio de gobierno, esas inversiones fueron eliminadas. “Nos quitaron obras fundamentales, incluso nos tocó tapar pozos con recursos municipales porque la gente no podía andar más así”, explicó, detallando que solo en bacheo se invirtieron casi 4.000 millones de pesos.

Admitió que puede haber errores en la gestión, pero fue claro al señalar que “el enemigo no está acá, está afuera”: en quienes niegan derechos y desfinancian a los municipios. En ese contexto, hizo una dura crítica a la cooptación de la política tradicional por el poder económico: “¿Dónde está el Partido Socialista, el Comunista, el Radical? Destruidos. ¿Por qué? Porque el poder los fue vaciando con puestitos y prebendas”.

En ese marco, convocó a defender la gestión local y los principios del peronismo, planteando que el verdadero poder está en la gente organizada, no en los dirigentes que se pelean “por la lapicera”. “El peronismo no tiene vereda, tiene calle. Porque es en la calle donde se pelea por los derechos”, sentenció.

 

"Jamás vi nacer a un pibe con un revolver en la mano"

También abordó con fuerza el tema de la seguridad y la baja de la edad de imputabilidad, rechazando la idea de criminalizar a los jóvenes. “Atendí más de 2.000 partos en mi vida y jamás vi nacer a un pibe con un revólver en la mano”, dijo. Y sostuvo que si los jóvenes terminan en la delincuencia es porque el Estado abandonó las políticas sociales, como el acceso al trabajo, la educación y el deporte. “Tenemos que rescatar a esos chicos, no perseguirlos”, afirmó.

Criticó la retórica punitivista de algunos sectores que “hablan de mano dura sin ver por qué esos pibes cayeron ahí”, y advirtió que muchos barrios han sido olvidados, generando una fractura social que puede ser aprovechada por discursos extremistas.

Sobre el escenario económico, cuestionó con dureza el ajuste impuesto por el actual gobierno nacional: “El sistema financiero no puede resolver los problemas estructurales del país. Ajustar para que los números cierren, mientras la gente se empobrece, no es gobernar. Es abandonar”.

Apuntó además contra la figura del presidente Javier Milei, a quien describió como “un líder sin historia que insulta a todos: periodistas, el Papa, el mundo entero”. Y expresó preocupación por el silencio de gran parte de los medios y actores sociales ante los constantes agravios del presidente. “Insultaron a 20.000 periodistas y nadie salió a defenderlos. Ni siquiera sus propios colegas”, lamentó.

La última parte del discurso se cerró con un homenaje a los militantes y trabajadores que lucharon y dieron su vida por los derechos de los demás. “Este acto también es para ellos, para los que creyeron que otro país era posible. Y sigue siéndolo si no dejamos que nos roben la esperanza”.

 

Una advertencia sobre la democracia vaciada, la dignidad del trabajo y el peligro de la desmemoria

En la instancia final de su mensaje, el intendente eleva el tono y profundiza su análisis sobre la degradación de la democracia, la traición de algunos sectores del peronismo, y los riesgos históricos de repetir errores por ceguera, oportunismo o desmemoria.

Abre con una crítica directa a quienes dentro del propio espacio político “pegan según les conviene”, y no sostienen una línea clara: “Cuando pegás parejo, está bien. Pero si pegás según lo que te conviene, estás defendiendo otro interés”.

Denunció la transformación de la democracia argentina de una democracia de derechos a una democracia preventiva: en vez de garantizar justicia social, se ha convertido en una maquinaria para evitar conflictos sin resolver el fondo de los problemas. “Los legisladores no están votando por convicciones, sino por obras menores que negocian como si fueran premios”, denunció.

El ejemplo más claro, dijo, fue la aprobación del DNU 70/2023 y la Ley de Bases. Señaló con firmeza que “algunos gobernadores peronistas levantaron ambas manos” para aprobar medidas que significan una reforma constitucional de facto, impuesta sin consenso y sin representación legítima. A cambio, solo obtuvieron “una plaza o una alcantarilla”, mientras condenaban al pueblo a la desregulación y la entrega del patrimonio nacional.

“Hoy compramos naranjas de Albania y productos básicos de cualquier lado. ¿Por qué? Porque todo se importa, todo se paga en dólares, y eso es plata que se va al exterior”, advirtió. Esto, explicó, no es un problema técnico, es un modelo de país: uno que prefiere importar en lugar de producir y generar trabajo.

En esa línea, remarcó la necesidad de tener legisladores del peronismo con convicción, que enfrenten los cantos de sirena del poder económico y mediático. Denunció que los grandes medios capitalinos y parte del Poder Judicial acompañan al gobierno actual, y son cómplices del vaciamiento de derechos.

Apelando a la historia, compartió un dato revelador sobre la redistribución de la riqueza en Argentina:

- 1942 (antes de Perón): 37 de cada 100 pesos se distribuían en educación, salud y salarios.

- 1954 (pleno peronismo): 49 de cada 100 pesos.

- 2003 (crisis post neoliberal): 36 de cada 100.

- 2015 (fin del gobierno de Cristina): 59,4 de cada 100.

- 2024 (primer año de Milei): volvió a 37 de cada 100.

Esa caída, explicó, es una señal del retroceso en la justicia social. “Cuando no hay trabajo, no hay transformación. El trabajo no solo ordena la sociedad, también es lo que nos permite realizarnos como personas y como familias”, dijo.

Y dejó una reflexión potente:“Dicen que el trabajo dignifica al hombre. Yo digo que es el hombre el que dignifica al trabajo, porque con su esfuerzo transforma ese trabajo en bienestar para su comunidad.”

Hacia el final, advirtió que el actual gobierno no está solo, sino respaldado por poderes económicos nacionales e internacionales, y particularmente por Estados Unidos, al que acusó de haber ayudado al Reino Unido a hundir el crucero General Belgrano durante la Guerra de Malvinas. Mostró su repudio al hecho de que el presidente Javier Milei tenga un cuadro de Margaret Thatcher en la Casa Rosada:

“¿Cómo puede ser que nadie diga nada? Tenemos 632 compatriotas muertos en Malvinas y el presidente homenajea a quien los mandó a matar.”

Llamó a la unidad del peronismo y del movimiento obrero, para resistir, organizarse y estar preparados para el momento en que el país necesite reconstruirse. “Va a llegar un momento donde va a haber que sentarse todos a ver cómo sacamos esto adelante. Y en esa mesa los trabajadores tienen que estar representados”, subrayó.

Concluyó haciendo un llamado al compromiso real y a la coherencia:

“Si vas a criticar, decime qué hiciste vos. ¿A qué comedor llevaste un vaso de agua? No vengas a tirar piedras desde un estudio de televisión. Porque las palabras se propagan, intoxican, y lastiman.”

 

Mentiras, represión y un llamado urgente a despertar

En este último tramo del discurso, el intendente hace un cierre cargado de emoción, advertencia y claridad política. Su mensaje es directo: “Nos están mintiendo, nos están empobreciendo, y lo están haciendo con violencia.”

Arranca con una fuerte denuncia sobre la represión de las movilizaciones sociales, en particular una reciente marcha de jubilados acompañada por trabajadores en Plaza de Mayo, que fue reprimida nuevamente con palos. Esa escena, para él, no es una excepción, sino parte del modelo de país que el actual gobierno impulsa:

 

“Este modelo solo es posible con violencia, con gendarmería, con palos. Con eso, con eso quieren callar al que reclama.”

 

Luego hace una crítica filosa a la apropiación del discurso de la “libertad” por parte del oficialismo. Señala que la verdadera libertad no es la de los mercados o la de reprimir protestas, sino la de “elegir el futuro que queremos”, con trabajo, producción, educación, salud, medioambiente cuidado, buenos salarios y ciudades habitables.

Advierte que ni siquiera ciudades turísticas se salvan del impacto del ajuste:

“La temporada fue floja porque la gente perdió su capacidad de ahorro. La clase media, los trabajadores, los profesionales están perdiendo.”

También desarma uno de los principales relatos económicos del gobierno, que afirma haber reducido la pobreza con el ajuste. De manera irónica y con un tono desafiante, dice: “Dicen que bajó la pobreza 10 millones. ¿Cómo? Ajustando salud, educación, salarios... ¡Ni Jesús hizo eso! ¡Nos están mintiendo!”

Señala que esos números no tienen sustento real y que lo que está ocurriendo en verdad es una preparación para un ajuste aún mayor:

- Reforma laboral

- Reforma previsional (jubilaciones)

- Reforma fiscal (más impuestos a la clase media y baja)

Todo esto, según él, se hará después de las elecciones, una vez que el gobierno haya acumulado más poder. Y lo más grave, sostiene, es que lo hacen para pagarle la deuda al mismo Estados Unidos que apoya a este gobierno, incluso a costa del hambre del pueblo.

Este discurso es una mezcla de análisis político, historia, denuncia social, y un llamado a la conciencia y a la unidad. Está dirigido a la militancia, los trabajadores, los dirigentes peronistas y la sociedad que aún duda o que ha sido confundida por los relatos del poder.

- El intendente denuncia una entrega del país a los intereses externos, con un gobierno que opera con represión, desregulación y ajuste brutal.

- También hace autocrítica sobre los errores del propio espacio peronista, pero exige coherencia y compromiso, no oportunismo.

- Reivindica la historia del peronismo como modelo de redistribución y justicia social, y advierte que sin unidad y organización, el pueblo trabajador puede quedar afuera de la mesa donde se decida el futuro del país.

Cierra con un llamado urgente a la unidad del peronismo y del movimiento obrero, para estar preparados para el día después del desastre:

“Va a llegar el momento en que haya que reconstruir la Argentina. Y ese día, los trabajadores tienen que estar sentados en la mesa decidiendo.”

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