Superada la medida de fuerza que mantuvo inactiva durante casi cuatro meses a la flota pesquera de altura, las terminales 1 y 2 del puerto recobraron ayer la actividad. Desde temprano se advirtió en ese sector un intenso movimiento de trabajadores, funcionarios del puerto, vehículos, así como de materiales y unidades de aprovisionamiento para el alistamiento de las embarcaciones que ya tenían programada la salida desde hace días, a la espera de que se levantara el paro del Sindicato Marítimo de Pescadores (Simape).

Tras las dieciséis semanas de conflicto y tensiones, quedó como una anécdota un incidente registrado a primera hora y que enseguida fue superado: al personal de relevo se le impidió el acceso a los muelles hasta que se comunicó oficialmente que esa restricción había quedado levantada.

Los barcos rojos de porte mediano y grande que permanecieron anclados son alrededor de un centenar y todos demandaron aprovisionamiento al mismo tiempo, por lo que la demanda de productos superó holgadamente la oferta. De manera que la carga de cajones, combustible, lubricantes, víveres y hielo seco sólo pudo ser atendida parcialmente ayer y continuará hoy.

Un panorama similar se advirtió en la escollera Norte, donde se procedió también al alistamiento de barcos, en ese caso los que saldrán a pescar langostino.

En la sede del Simape, en la banquina, estuvieron presentes los principales referentes del gremio, el secretario general Juan Domingo Novero y el adjunto Pablo Trueba. Se dedicaron a atender a los numerosos afiliados que se acercaron hasta el local para obtener precisiones acerca del cobro de los haberes caídos de junio y julio, del medio aguinaldo y algunas diferencias salariales que tienen pendientes desde antes que comenzara el conflicto.

Novero explicó que "después de un paro tan largo, lentamente se está empezando a recobrar el movimiento portuario; entre hoy (por ayer) y este miércoles (hoy) pensamos que van a poder salir algunos barcos".

El problema es "solamente operativo", aclaró el dirigente con referencia a las demoras entendibles para cargar y alistar los barcos como también a "los pagos (pendientes) a la gente".

Recordó además que alrededor de 80 barcos costeros identificados con el color amarillo que operan en la banquina chica y pescan corvina y pescadilla "nunca estuvieron parados", ya que solamente parte de esas tripulaciones está afiliada al Simape y "no cobra por convenio sino que lo hace por el sistema 'a la parte' con los armadores".