El Gobierno suma una nueva resistencia a la decisión de recortar los subsidios a la producción de gas no convencional: tras las críticas de empresas como Pampa Energía y Techint, el sindicato de Petróleo y Gas Privado puso el grito en el cielo, alertó por posibles despidos y amenaza con romper los acuerdos laborales suscriptos para la explotación del yacimiento Vaca Muerta.

El titular del gremio, Guillermo Pereyra, rechazó la decisión que tomó el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, y la calificó como “una medida que afecta directamente al crecimiento, al desarrollo y al trabajo de los neuquinos y del país”.

“El sindicato trabajó fuertemente para llegar a la situación actual y el Gobierno no puede cambiar las reglas del juego de un día para otro porque están atacando a los trabajadores. Y si llegase  a haber un solo despido vamos  hacer caer todos los acuerdos que firmamos para el desarrollo de Vaca Muerta”, advirtió Pereyra, que ejerce como senador nacional por Neuquén (Movimiento Popular Neuquino).

La amenaza golpea a la Casa Rosada, que esta semana también entró en cólera con las denuncias de empresas. Ahora, suma un nuevo dolor de cabeza porque los acuerdos laborales acordados entre las compañías y el sindicato actúan como "modelo" de la negociación de convenios laborales que quiere esquematizar el Gobierno.

Entre otras cosas, ese convenio propone contratos a término, redimensiona las plantillas de personal, cambia los esquemas de trabajo, elimina las horas taxi y flexibiliza las condiciones de operación nocturna y con viento. En rigor, es un acuerdo a medida para el mercado de trabajo al que apuesta Cambiemos. Como contó Letra P, en el borrador de la nueva reforma laboral por "goteo" que propone el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, se marca a este acuerdo como el camino a seguir.

Además, el Presidente destacó ese convenio laboral en cada actividad oficial que realizó durante su gira patagónica veraniega. Especialmente, remarcó los convenios de Vaca Muerta durante la inauguración de un gasoducto en Bariloche. Lo presentó como un incentivo para abaratar costos y profundizar el interés de las empresas de invertir en la región.

“El Gobierno  y las empresas tienen que resolver este tema, porque no se pueden romper los acuerdos y cambiar las reglas de juego de un día para otro porque hay mucho en juego. En esto hay que actuar con seriedad, algo que evidentemente está faltando en quienes toman decisiones”, insistió Pereyra y subrayó que “existe mucha preocupación entre los compañeros de Añelo, donde he mantenido reuniones y asambleas porque ven que todo el esfuerzo que se ha hecho puede resultar en vano”.