Es inminente la renuncia de Jorge Triaca al frente de la Secretaría de Trabajo, mientras que desde el Gobierno le ofrecerían una embajada en el exterior –quizas el Vaticano-. Se iría después del G-20 y ya lo habría acordado con el presidente.
Ya es todo un hecho –sin oficializarse- que Jorge Triaca abandona antes de fin de año la Secretaría de Trabajo y podría continuar en el Gobierno como embajador en el exterior. El ex ministro sufre hace varios meses el desgaste de un vínculo costoso con el sindicalismo, sumado a situaciones de índole personal.
El incidente con su empleada domestica, Sandra Heredia, fue el puntapié inicial con el que Triaca comenzó a sumar imagen negativa. Luego su intervención en el SOMU, sumado a las constantes trabas a los gremios para avanzar en diversos trámites y cumplir con la 23.551.
Triaca, también, fue punta de lanza del Gobierno cuando este quiso imponer una paritaria topo y por supuesto, el hijo del sindicalista fue quien debió llevar a cabo el Plan 15%. Claramente, esto no prosperó demasiado. También, su posición fue totalmente desdibujada con la degradación a secretaria del Ministerio de Trabajo (hoy dentro del de Producción, a cargo de Dante Sica).
Dicen desde el entorno que su dimisión al frente de la Secretaría podría efectivizarse después del G-20, entre el 30 de noviembre y 1 de diciembre. Triaca podría ir a la embajada en el Vaticano, pero dudan de su aceptación.
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