El histórico dirigente sindical Pedro Ángel Mezzapelle, durante décadas secretario general de los mercantiles y referente del sector, falleció este miércoles después de haberse sometido en los últimos días a una intervención quirúrgica.

El deceso fue confirmado por el Sindicato de Empleados de Comercio, del que fue un actor fundamental a lo largo de su historia.

En 2016, Mezzapelle había sido declarado “vecino destacado” del distrito por parte del Concejo Deliberante. Los argumentos que fundamentaron la distinción se basaron en la historia de Mezzapelle, “quien fiel a su impronta generó los primeros cambios que adelantarían a la organización gremial en el tiempo”.

Desde el Sindicato de Empleados de Comercio aseguraron en ese momento que “la unidad mercantil fue y será la idea de militancia que Pedro Mezzapelle dejará como legado a las generaciones venideras en el sindicalismo”.

Un año antes, a sus 73, había cumplido 50 años en la obra social de los mercantiles. Entonces dijo que trabajaba “tanto como el día que había llegado” a Mar del Plata.

Su vida fue un ejemplo de esfuerzo y tenacidad. Nació el 30 de mayo de 1942 en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. De familia humilde y trabajadora, a los 4 años perdió a su padre, a los 6 salió a “ganarse el pan” con un cajón de lustrar zapatos, a los 9 ingresó a una despensa y a los 11, a una casa de ramos generales.

El 2 de mayo de 1965 ingresó en la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles (Osecac) como inspector verificador. Luego se desempeñó en distintas tareas, como encargado, subdelegado e integrante de la comisión normalizadora. También fue gerente general, director nacional y vicepresidente de Osecac, una de las obras sociales más importantes del país. “Pasé por todo, solo me faltó la presidencia”, contó alguna vez a LA CAPITAL.

En el Sindicato de Empleados de Comercio de Mar del Plata – Zona Atlántica comenzó su tarea como vocal titular sexto, segundo vocal y posteriormente subsecretario, para ganar en 1989 la elección como secretario general frente a dos listas opositoras. Enseguida convocó a la unidad de los trabajadores e incorporó a las listas que habían participado para conformar la “Unidad Mercantil”. Esta concepción democrática rigió todas sus acciones con un pluralismo hasta ese momento inédito en el sindicalismo argentino, lo que propició a que convivieran distintos pensamientos políticos embanderados en la defensa del trabajador.

Como el mismo dijo en una entrevista con este diario con motivo de sus 50 años de trayectoria: “No comparto la división del movimiento obrero. Creo que la unidad agranda la representatividad por la cual hemos sido elegidos. Debemos olvidarnos si somos de tal partido y de tal otro y trabajar para el empleado en general porque a nosotros no nos vota solamente un partido. Nos votan los trabajadores, por lo que nos debemos a ellos”.

En 1991, con la adquisición de una nueva sede social sobre la avenida Independencia, le dio un renovado impulso al sindicato: triplicó su superficie, creó la Mutual de los Empleados de Comercio (AMEC), el Centro de Formación Profesional N° 404 con innumerables cursos de capacitación y puso en marcha el Secundario para Adultos CENS N° 454. La educación nunca dejó de estar presente en su impronta, al punto de que también apuntaló la creación del Instituto de Formación Técnica N° 204 de enseñanza terciaria.

Los jubilados y la niñez también fueron una prioridad, por eso durante su gestión se creó la Casa del Jubilado y Pensionado en un remozado predio recreativo y deportivo del gremio, ubicado en Falucho y 214 donde, además, se comenzó a gestar la Colonia de Vacaciones y la primera escuela predeportiva de invierno para los hijos de los afiliados.

Al mismo tiempo, en pleno centro de la ciudad, el sindicato adquirió una propiedad donde funcionaría el Centro de Jubilados de Comercio, con autonomía en sus decisiones y con facultades para la elección de sus autoridades. Pese a la incredulidad de algunos por el crecimiento edilicio, se construyó un edificio inteligente modelo sobre la calle Belgrano entre Salta y Jujuy, para luego avanzar en la construcción de un nuevo edificio sobre calle Salta.

Su accionar en lo gremial tampoco fue menor. Recuperó el pleno funcionamiento del cuerpo de delegados, la puesta en marcha de un programa de formación integral del delegado, como dirigente de base, sumado a la reforma del estatuto que se produjo en el año 1998, que incorporó la Secretaría de Juventud y la Secretaría de la Mujer. Así, el de Mar del Plata se convirtió en el primer sindicato mercantil del país en implementar el cupo femenino en las comisiones directivas.

Su impronta al frente de la organización gremial llevaría a que la ciudad fuera la primera del país en recuperar la fecha del 26 de septiembre, “Día del Empleado de Comercio”, como una jornada de descanso para los trabajadores mercantiles.

A fines de 2017, Mezzapelle fue sucedido en el SEC por Guillermo Bianchi, en un acto en el que toda la dirigencia del gremio aplaudió al histórico dirigente.

“Lo importante es que yo me desviví siempre por la gente –dijo hace unos años a LA CAPITAL–. Porque no solamente cumplía la tarea para la que me habían designado, sino que visitaba a los enfermos en las clínicas, atendía el mostrador… Por más cargo que haya tenido, siempre me gustó estar al lado de la gente y tratar de solucionarle los problemas”. Ese será su legado.