En Dánica Llavallol arremeten nuevamente contra el convenio de los trabajadores

En Dánica Llavallol arremeten nuevamente contra el convenio de los trabajadores

Vencida la conciliación obligatoria, el grupo Beltrán extorsiona otra vez a sus trabajadores para que se pasen del convenio aceitero al de alimentación, perdiendo derechos conquistados y salario.

La conciliación obligatoria dictada por el ministerio de trabajo en el conflicto de Dánica fue, para el grupo empresario, simplemente un paréntesis.

Tras el conflicto del mes pasado donde el Grupo Beltrán, (dueño entre otras de las plantas de Llavallol y Villa Mercedes) extorsionó a sus trabajadores para que se pasen del convenio aceitero al de alimentación y tuvo la respuesta de un fuerte paro, nuevamente arremete para llevar adelante sus planes. Otra vez los aprietes y las llamadas individuales para que, a cambio de un premio extra, sus trabajadores acepten mansamente perder derechos y sobre todo cerca del 40% del salario.

Ante esto los trabajadores vienen desarrollando asambleas y discutiendo como responder colectivamente para pararles la mano a esta patronal que pretende imponer la reforma laboral de hecho y descargar el ajuste sobre sus espaldas. Esto, sin que el Ministerio de Trabajo de PBA, el gobernador Axel Kicillof ni el intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde, les digan nada. Recordemos que meses pasados, amenazaron con multarla y la premiaron con subsidios y facilitando el Procedimiento Preventivo de Crisis.

En función de un nuevo e inminente conflicto en Dánica, se necesita una gran campaña y coordinación con otros sectores de trabajadores y otros sectores populares como los que luchan por tierra y vivienda, para estar a la altura de la ofensiva que encabeza el Grupo Beltrán, exigiendo que pare con los aprietes, las extorsiones y que reincorpore a los injustamente despedidos Lucas y Hugo.

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Reproducimos la carta abierta que está circulando en las redes sociales:

CARTA ABIERTA DE LOS TRABAJADORES DE DÁNICA EN LUCHA

Esta carta está dirigida desde el corazón mismo de los trabajadores de una empresa tan familiar cómo lo es Dánica. Hoy, nos convoca y moviliza a expresar nuestras angustias y a la vez impotencia de estar ante una lucha tan desigual como la de un gigante y un pequeño.

El 1 de febrero de 2019 desembarcara en Dánica de Lavallol un grupo empresarial inescrupuloso y mal intensionado que lo único que venía a desarrollar era su máquina de opresión y persecución laboral de la que fuimos y somos motivo cada día de trabajo desde que llegaron. Asi llegó el 26 de abril del 2019 cuándo comenzaría el plan orquestado por la empresa y el buffet de abogados que se encargaron de contratar para hacer el trabajo sucio y bajo de deseemplear a jefes y jefas de familia, bajo la mirada indiferente de un gobierno adverso a las causas populares. Como cualquier mañana nos disponiamos a cumplir un día de tareas. Ese día marcaria el comienzo de una lucha interminable para defender nuestra fuente de trabajo y la dignidad de nuestras familias. En la puerta de nuestro trabajo, nos encontramos que nos esperaba un escribano y personal de recursos humanos, para iniciar esa madrugada la primera depuración y quita de la dignidad y derechos laborales, dignidad que habíamos conseguido, después de muchos años de lucha y tesón, de ese momento hasta remontarnos hoy a la fecha lo único que podemos enumerar es la falta de humanidad y empatía hacia un grupo de trabajadores que pertenecíamos a la gran familia de Dánica, porque eso eramos, una gran familia, hasta que este grupo desembarco en nuestra empresa y digo nuestra porque así la sentimos cada uno de los que trabajamos y trabajaron por muchos años cumpliendo y poniendo garra y compromiso para dar lo mejor de cada uno de nosotros, y con todo en contra por la falta de inversión que trajo aparejado infinidad de accidentes y traumas a compañeros, seguimos luchando por mantener nuestra dignidad y llevar un plato de comida a nuestras casas.

Marzo, Abril, Mayo, Junio para algunos son solo meses del año, para otros son días fríos de otoño para nosotros se convirtieron en los días más grises y amargos. Llegaba la Pandemia y con esta comenzaba la segunda etapa y esta vez no de un virus, si no la total desaprensión y saña contra los trabajadores y trabajadoras de Dánica. Mientras nosotros con compromiso social realizabamos jornadas extenuante y a pesar del constante maltrato para seguir abasteciendo a la comunidad, con un producto tan esencial como el que producimos, El grupo Beltran arremetía contra nosotros nuevamente, echaba a cinco compañeros y realiza un lock out patronal, que luego de nuestra lucha y de la intervención del Ministerio de trabajo y la presencia del Gobernador Kicillof y el Intendente Insaurralde lograrian desactivar, pero pasado un mes y medio tres compañeros nuestros quedaban sin trabajo, con causa inventadas y haciendo caso omiso al DNU del Gobierno de no despedir y menos en pandemia y siendo trabajadores esenciales, hoy 24 de septiembre nos atropellan nuevamente y quieren que una vez más renunciemos a nuestros derechos y a nuestro convenio marco. Nos quieren arrodillados, quieren que renunciemos a un salario digno y renunciemos a todos nuestros derechos, no sólo ilegal, si no también con la amenaza de el que no firma este cambio de convenio se quede en la calle. Escribimos estas lineas como un simple grupo de trabajadores y trabajadoras, junto a sus representantes, como Padres y Madres de familia que necesitan ser escuchados y atendidos por la sociedad.

Somos un grupo de personas comunes y de bien que cada mañana se levantan con el sueño de tener una vida mejor, trabajar dignamente y vivir en paz. Comenzamos esta carta nombrando a un gigante contra un pequeño, que así de desigual era la lucha, no tenemos plata, no somos empresarios, no tenemos contactos con influencias, solo tenemos nuestras manos y nuestro espíritu que no quiere claudicar y que anhela un mañana mejor para nuestras familias y cada trabajador que vive estos atropellos. Necesitamos el apoyo y solidaridad de la Sociedad en general, contar con sus oidos y su buena voluntad para que nos escuchen y nos tiendan un puente que nos permitan unirnos en contra de las injusticias.

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