Horacio Rodríguez Larreta anunció el viernes pasado la apertura de nuevas actividades educativas no escolares presenciales: "Fue emocionante ver a los chicos sentados en sus pupitres, escuchando a sus maestros", afirmó secundado por su gabinete. 

Desde que el ministerio de Educación de la Nación dejó a la Ciudad de Buenos Aires en un color amarillo que define un riesgo intermedio frente a la pandemia, las escuelas porteñas tienen la obligación de ofrecer estas actividades que están organizadas en las llamadas "burbujas" de 10 estudiantes y 1 docente, preferentemente al aire libre. El protocolo lo definieron entre el ministerio de salud, encabezado por Fernán Quiroz y de educación, a cargo de Soledad Acuña. 

Los docentes vienen ofreciendo resistencia desde que se presentó el plan por sus inconsistencias pero ahora que es una realidad apareció también la respuesta de las familias que no mandan a sus hijos a las actividades propuestas. "De 27 alumnes, firmaron asistencia solamente 4 y finalmente se presentó solo 1", relató una docente a Futürock.

Otra trabajadora cuenta que las llamaron un sábado a la noche para que se presenten un martes, "sin mandarnos protocolo, sin capacitarnos, sin nada".

Manuel Becerra, docente, apunta directamente a lo que identifica como la verdadera razón de esta movida de revinculación forzada: "El ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires no dialoga con las escuelas, toma decisiones mediáticas desde el escritorio de la ministra".

Por su parte, Angélica Graciano, secretario general de UTE, disparó directo al nombre de la propuesta por negar el esfuerzo docente que se realizó en todos estos meses de pandemia: "Se ha intentado por todos los medios que no se rompa el vínculo con la escuela por eso nosotros no estamos de acuerdo con esto que se llama 'revinculación' porque no han roto los vínculos con la escuela, se ha garantizado de muchas maneras. Dicen que los chicos van a volver a la escuela cuando nunca se fueron."

"Desde el día cero de la pandemia nos pusimos la virtualidad al hombro, exigimos que se dieran a docentes y estudiantes los dispositivos necesarios para trabajar y ahora de un día para el otro quieren que dejemos la virtualidad de lado, porque no nos podemos dividir en dos, somos una persona sola. No podemos dar en la virtualidad actividad curricular, en la presencialidad una actividad de revinculación y encima no a todo el grupo.", señaló otra docente.