Fuerte rechazo empresario a “bloqueos sindicales” en varias plantas

Fuerte rechazo empresario a “bloqueos sindicales” en varias plantas

Las entidades empresarias de la provincia de Buenos Aires, con apoyo de la Unión Industrial Argentina (UIA), manifestaron su repudio a los “bloqueos sindicales” en fábricas que no permiten el normal funcionamiento de las mismas.

La Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires (Adiba), la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (Cepba), la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (Feba) y la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba), sacaron un comunicado conjunto al respecto. “Repudiamos los bloqueos sindicales que no permiten desarrollar la actividad productiva y garantizar el correcto funcionamiento de las plantas”, afirmaron.

“Este tipo de acciones, lejos de buscar una solución a los planteos gremiales, agravan la situación de las empresas provocando pérdidas, daños a la propiedad y un ambiente de trabajo que no es propicio para el resto de los colaboradores que se encuentran desarrollando la actividad industrial”, agregaron.

“Muchos gremios no pudieron realizar las elecciones durante el año pasado. No son conflictos de los trabajadores con la patronal”, explicó el Presidente de Uipba, Martín Rappallini, ante El Economista. El empresario consideró que se ve afectado el funcionamiento de las empresas. “Además no se cumplen las conciliaciones obligatorias que dicta el Ministerio de Trabajo, porque hay muchos casos que no tomaron estado público todavía”, aclaró.

Los recientes hechos ocurridos en el frigorífico ArreBeef, en Pérez Millán, del partido bonaerense de Ramallo y en la planta láctea Mayol, de Gobernador Udaondo, en el partido de Cañuelas, motivaron el pronunciamiento pero con antecedentes en “otros lugares del país”. Estos hechos se deben a conflictos intrasindicales que terminaron impactando en el normal desarrollo de las empresas. “Vemos que se está volviendo una metodología común y eso nos preocupa”, comentó el vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, ante El Economista.

Por ejemplo, en el caso del frigorífico ArreBeef, anunció el viernes pasado, a través de su dueño, Hugo Borrel, el cierre definitivo de la planta y el despido de sus 1.000 empleados. Todo sucedió en medio de un conflicto sindical que llevaba varios días. El problema comenzó porque los trabajadores acusaron al titular local del Sindicato de Trabajadores de la Carne, Luis Pérez, de “atornillarse” a la silla y de no reclamar mejoras salariales y por reclamar los pagos de manera quincenal. Ante esa situación, comenzaron un paro por tiempo indeterminado y la ocupación ilegal de la planta.

Lácteos Mayol

En tanto, algo parecido sucedió con Lácteos Mayol. El paro por tiempo indeterminado se debió a un pedido de reencuadre laboral de 7 de los 14 trabajadores que tiene la empresa. El gremio que quiere recategorizarlos para incorporarlos como afiliados es la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), porque están afiliados al gremio de la alimentación. Por eso, la empresa señaló que no podía hacer frente al pedido “porque excede las posibilidades económicas”, por lo que se ofreció un traspaso “gradual”. Esto derivó en la toma parcial de la planta.

“Instamos al cese de los bloqueos y a cualquier acción intimidatoria, así como también al cumplimiento de la ley; el empleo de la fuerza en cualquier huelga o manifestación es incompatible con el respeto de los derechos constitucionales”, subrayó el comunicado. “El derecho a trabajar se ve violado cuando un bloqueo no permite el ingreso a la empresa en conflicto al empleado que no está de acuerdo con el método aplicado por la organización sindical”, añadieron.

“Estas actuaciones van en contra del principio de buena fe que establece el artículo 63 de la Ley de Contrato de Trabajo”, mencionó Funes de Rioja. “La normativa establece que las partes están obligadas a obrar a las conductas propias que les corresponden, de la mejor manera posible”, concluyó.

Desde Atilra emitieron su comunicado también. “La familia Ingalls contra la mafia”, lo titulaton. “Como buenos amantes de los falsos clichés, los slogans simplistas y las frases huecas, sectores tradicionalmente reaccionarios y antidemocráticos, salieron a batir el parche en favor de los propietarios de Lácteos Mayol sin interesarse –nunca lo hacen- por el fondo de la cuestión que suscitó un conflicto laboral entre la empresa y sus trabajadores”, señalaron.

“Esmerados en presentar a los propietarios como una humilde familia inocente que vive amorosamente indefensa en la pradera de Gobernador Udaondo, omiten deliberadamente aclarar que los dueños han violado de manera sistemática y recurrente a lo largo del tiempo, los derechos más elementales de sus trabajadores y familias, y han competido deslealmente con el resto de las empresas del sector que sí cumplen con la ley”, dijeron.

Comentá la nota