“Sabemos perfectamente que así se apruebe alguno de los 50 proyectos de la oposición o el proyecto del Gobierno, ninguno termina con la enfermedad que es el impuesto al trabajo, ya que cualquier alivio superficial rápidamente es anulado por la inflación y las paritarias”, explicó Estévez (h).

Además, en ese plano, consideró que “el aumento del mínimo no imponible, las modificaciones a las escalas de la tablita o la supresión de deducciones solo actúan como un placebo circunstancial para el bolsillo de los trabajadores”.

“Lo que nadie evalúa, ni la oposición ni el Gobierno, es el impacto recaudatorio positivo de la eliminación lisa y llana del llamado vulgarmente impuesto al trabajo”, advirtió el secretario general.

Y amplió: “En Argentina cada 100 pesos que se consumen en la economía formal retornan al Estado en impuestos nacionales, provinciales y municipales entre 60 a 70 pesos, ya sea en forma directa o indirecta, por lo que el impacto de la eliminación de ganancias al salario es mucho menor a la que todos pronostican”.

Estévez analizó que de eliminarse el impuesto “en este momento de retracción económica el trabajador volcaría todo ese dinero extra al consumo y por ello solo hablamos de subsanar el 30 o 35% de lo recaudado, lo que puede ser substituido fácilmente con gravámenes a la renta financiera, el juego o la minería, como se ha propuesto desde todos los bloques legislativos”.

En ese sentido, evaluó que “sería más que suficiente para lograr mantener las cuentas públicas en orden”.

Asimismo, Estévez (h), alineado a las 62 Organizaciones Peronistas, conducidas por Gerónimo “Momo” Venegas, explicó que “los equipos económicos en Argentina están altamente capacitados para evaluar técnicamente la situación y proponer ideas inteligentes y comprensibles, pero falta el análisis político y así generan confusión en la toma de decisiones”.

“Argentina no es un país que funciona con formulas matemáticas de manual; sabemos que si la gente hoy no tuviera que pagar ganancias al sueldo se volcaría un inmenso volumen de dinero al consumo y eso retornaría rápidamente al Estado en otros impuestos como IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, y otros impuestos directos, con lo que el impacto fiscal es netamente financiero”, ejemplificó.

El sindicalista precisó que el país “no tuvo un segundo semestre de prosperidad pero todos, sin importar la bandería política, apostamos a que el país avance, nadie quiere otro 2001, nadie quiere saqueos, mal humor, ni cacerolas”.

Por eso, Estévez (h) insistió en que “derogar ganancias al sueldo no implicaría desfinanciar al Estado, significaría reactivar la economía en forma inmediata”.

“Recordemos cuando el presidente Eduardo Duhalde decidió terminar con la convertibilidad lo que en el momento se creía una locura y sin embargo era la única solución posible; lo mismo ocurre con ganancias, hay que terminar con ese impuesto de emergencia que se convirtió en un cáncer pero tiene solución: su eliminación”, subrayó.