Un gremio quiere abrir otro comedor y estalla la polémica con los gastronómicos

Un gremio quiere abrir otro comedor y estalla la polémica con los gastronómicos

Empleados de Comercio ofrece menús por 450 pesos y ya cuenta con cinco locales donde los vende. Denuncian competencia desleal.

Por: María Laura Favarel.

Los empresarios gastronómicos de Echesortu están más que preocupados porque, en esa zona, la Asociación Empleados de Comercio abrirá un segundo restaurante, ahora en la tradicional esquina de Mendoza y Avellaneda, con precios imposibles de igualar para los dueños de los locales, que deben pagar muchos más impuestos que el gremio.

Hoy, en los comedores del sindicato de mercantiles un plato de tallarines con albóndigas a la portuguesa cuesta 450 pesos para los agremiados, y 570 para los socios de la mutual. Un desayuno, en estos locales, con un café con leche y dos medialunas puede costar 150 pesos. A estos números no pueden llegar los empresarios gastronómicos y emprendedores que ofrecen menús por 1.300 pesos e “igualmente perdemos plata”, confesaron.

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Actualmente, la entidad sindical cuenta con cinco comedores. El principal está en la sede de Corrientes 450, y luego en los clubes Echesortu (9 de Julio y San Nicolás), en el campo de deportes de Ricardo Núñez 390 y en el Club Tiro Suizo (Lamadrid al 1200). También en Funes, en el camping de los Canillitas (Mitre y Buenos Aires).

En Echesortu se disparó la preocupación cuando se enteraron de que abrirían un nuevo comedor, con unos 100 cubiertos, en la esquina de Avellaneda y Mendoza, donde históricamente se ubicó el bar “La Capilla”, que después se llamó “Roma”. Esta apertura, que se dará en el primer semestre de este año, tiene en vilo al resto de los locales gastronómicos de la zona.

Una mujer que desde hace años cuenta con un local cerca de esa esquina confirmó que este sería el segundo comedor de Empleados de Comercio en el lugar. “Ellos pretenden poner menús a 350 pesos y el resto de los gastronómicos jamás vamos a poder brindar un plato por ese precio. Ni si quiera entra dentro de nuestro costo, es preocupante para todos: rotiserías, viandas, locales gastronómicos con mesas y servicio de mozos”, dijo ofuscada.

Y si bien los comedores del gremios son para socios o miembros del sindicato, los gastronómicos no desconocen que “es muy accesible la cuota mensual y así puede ir cualquiera a comer allí”.

“Nadie puede armar un menú de 300 pesos porque ni la hora de luz con aire acondicionado se paga con eso”, destacó la mujer.

Firmas

“No podemos competir con los precios que ofrecen los comedores de Empleados de Comercio”, expresó Alejandro Pastore, de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar), haciéndose eco de los comerciantes de Echesortu, que juntaron firmas para expresar su preocupación.

Pastore indicó que se está multiplicando un “competidor en zonas de la ciudad que distorsiona los precios de venta del mercado tanto en platos para comer en el lugar como en deliberies por 650 pesos, que es un valor super diferencial y significativo”.

“Nadie niega que el contexto económico sea complejo y hay mucha gente que necesita que existan estas opciones para almorzar o desayunar, pero esto resiente los emprendimientos gastronómicos que no pueden competir con estos precios y hasta podrían poner en riesgo los puestos de trabajo de los empleados”, destacó.

Es que el sindicato está exento de pagar impuestos que los empresarios gastronómicos deben afrontar y estas sumas no son pequeñas. Los gastronómicos indican que ellos deben afrontar una diferencia en la estructura de costos que es muy grande respecto a lo que manejan las entidades gremiales.

También los dueños de rotiserías y panaderías de la zona están preocupados: “No podemos ofrecer un plato, con el envío, por 550 o 650 pesos como están ofertando ellos porque solo el traslado nos cuesta 300 pesos”.

Puestos de trabajo

El secretario general del sindicato de los gastronómicos de Rosario, Sergio Ricupero, manifestó que “es una vergüenza que aquellos que dicen ser representantes obreros sean empresarios encubiertos”.

“Con semejantes ventajas impositivas nadie puede competir en igualdad de condiciones y cierran los negocios con el consiguiente deterioro de los puestos de trabajo”, concluyó quien, junto a los dueños de los locales, teme que se pierdan los puestos de trabajo de quienes se desempeñan en el sector.

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