Los gremios salteños, enojados con Sáenz por las elecciones

Los gremios salteños, enojados con Sáenz por las elecciones

Con la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en Salta, muchos gremialistas que solían competir en estas instancias vieron truncados sus sueños de llegar a ocupar una banca en un año donde se renuevan diputados, senadores, y concejales en toda la provincia.

El enojo es notorio y podría traerle más de un dolor de cabeza al cabeza dura del mandatario salteño. Es que, con la eliminación de las PASO, también se eliminaron las chances de todos aquellos que no cuentan con el poder económico para hacerle frente a grandes estructuras como, por ejemplo, el elitista Partido Justicialista. El PJ salteño hoy está presidido por un inerte Pablo Kosiner que tiene menos peso que una pluma dentro de sus propias filas. A la tropa, la está comandando Pablo “Loro” Outes quien, desde hace unos meses, preside la Comisión de Acción Política tras la renuncia de Manuel Santiago Godoy.

Los gremios empezaron a mantener reuniones desde diciembre pasado, luego de quedar asentada la suspensión de las primarias, y no precisamente para hablar del apoyo a los candidatos del saencismo. Las reuniones tienen otro tenor, un poco más molesto, buscando alguna alternativa para tampoco quedarse afuera de la tajada. El año pasado, distintos gremialistas participaron de las elecciones, entre ellos, referentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) y las 62 organizaciones peronistas.

Pero este año hay dos novedades. Una es el nombramiento del bancario Carlos Rodas al frente de la CGT salteña y, la otra, la reciente partida de don Pedro Cruz, titular de las 62 Organizaciones y referente del movimiento de trabajadores; palabras más, palabras menos, un buen caudal de votos. Bueno, hoy todos esos votos que en su mayoría no están afiliados a algún partido político, podrían tener un juego vital si los sindicatos y gremios deciden competirle al mismísimo Gustavo Sáenz.

Bien es sabido que a nivel provincial Gustavo debe estar precavido por los organismos que representan a los trabajadores. Solo por nombrar a algunos se nos vienen a la mente ATE, UPCN, SITEPSA, APSADES, AMET, SADOP Y ADP. Y aunque muchos de ellos suelen acordar con el mandatario de turno, este año las promesas incumplidas por parte del equipo de Sáenz parecen haber unido a los “decepcionados”.

Hoy en Salta muchos ya hablan de un “voto bronca” como el que tuvo Juan Manuel Urtubey en el 2013 con la explosión de votos adquiridos por el Partido Obrero que, en aquella ocasión, metió 9 concejales en capital, diputados, a la senadora por capital (derrotando al propio Sáenz) y hasta un diputado nacional. Si bien quedó una amarga experiencia con el partido de dirigentes eternos como Claudio Del Pla, Gabriela Cerrano, Cristina Foffani o Pablo López, no se descarta que los gremios vean en ellos una posibilidad de poder competir por algunas bancas.

Y, si nos ponemos a pensar, no sería descabellado que representantes de los trabajadores corran a las filas de un movimiento de izquierda que dice velar por los derechos de los obreros. Algunos hasta afirman que desde la CGT ya habrían mantenido un acercamiento con el diputado Del Plá, aunque eso por el momento son solo rumores que nadie se anima a confirmar.

Lo cierto es que hay enojo en la clase trabajadora y en sus representantes, hay negociaciones de por medio y, si somos mal pensados, las cartas están sobre la mesa listas para paralizarle la provincia a un terco Sáenz que quiere manejar a su antojo las elecciones, fogoneado por sus secuaces con apodos de animales quienes seguramente le aseguran una victoria rotunda en julio. Dicen que de los errores se aprende, pero Gustavo Sáenz parece que olvidó lo que le pasó hace exactamente ocho años atrás.

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