Optimismo K reanimó a Suárez, pero la negociación sigue en pausa

Optimismo K reanimó a Suárez, pero la negociación sigue en pausa

El líder de Luz y Fuerza Córdoba recibió un segundo aire tras el anuncio de la fórmula Fernández-Fernández y el 50ta aniversario del Cordobazo, que lo puso en el centro de la escena del gremialismo local. Las negociaciones con Epec, bajo un coma inducido. La Provincia no quiere (ni puede) pagar un aumento y al sindicato le conviene esperar un contexto menos adverso, que podría llegar con las PASO.

Por Felipe Osman

El anuncio de la fórmula Fernández-Fernández ha desatado un vendaval en la política de Córdoba (y del país). Y esto no corre sólo para la política partidaria, donde el kirchnerismo ya logra la cohesión de la mayoría de los gobernadores peronistas poniendo en jaque el armado de la ‘tercera vía’ que Juan Schiaretti ideaba junto a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Pichetto; sino que también impacta de lleno en la política gremial.

La Provincia, como garante de Epec, sostiene desde hace más de un año un duro pulso con el sindicato de Luz y Fuerza, y durante los últimos meses logró avances importantes en este frente gremial. Antes de las elecciones provinciales el directorio de Epec, con el respaldo directo y bajo la atenta mirada de El Panal, cerró acuerdos con el Sindicato Regional de Luz y Fuerza y el Sindicato de Luz y Fuerza de Río IV, dejando sólo a Gabriel Suárez y al Sindicato capitalino de Luz y Fuerza en la pelea.

Tras el arrasador triunfo de Hacemos por Córdoba el 12-M, Suárez recalculó. El ‘enemigo’ se había hecho demasiado fuerte y era preferible apostar a un diálogo pacífico, sin asperezas hacia el Centro Cívico. Pero menos de una semana después, apurada por el inicio del juicio oral en su contra, CFK mostró sus cartas: anunció en un extenso video que se ‘bajaba’ de la candidatura presidencial para ceder el primer lugar de la boleta a Alberto Fernández, quedándose ella con el segundo término de la fórmula.

La noticia corrió como un reguero de pólvora y los gobernadores de las provincias en que la ex presidenta goza de mayor popularidad empezaron a rendir pleitesía al binomio Fernández-Fernández. La indefinición de Massa junto a la negativa de Roberto Lavagna a competir en una interna dentro del peronismo no K empezó a desdibujar a Alternativa Federal -la tercera vía alentada por Schiaretti- y, trascartón, Suárez quedó como anfitrión principal de un evento tan extraordinario como el aniversario 50ta del Cordobazo, uno de los episodios esenciales de la historia argentina del último siglo.

Con la UTA Córdoba saliendo de una larga intervención y Omar Dragún (Smata) recientemente fallecido, el único secretario general con trayectoria en uno de los tres gremios que jugaron un papel protagónico en el Cordobazo es Suárez. Y para Suárez fueron todos los reflectores en un 29 de mayo que sucede una vez cada 50 años.

Todos estos factores debieron alinearse para dar un segundo aire al secretario general de Luz y Fuerza Córdoba, que no dudó en aprovechar la ocasión para despacharse en fuertísimos términos contra el peronismo cordobés, al que acuso de ser “servil” hacia los intereses de Mauricio Macri.

El desarticulado gremialismo K escuchó atento las palabras de Suárez y clamó por la unidad del peronismo, unidad que sólo imagina tras la figura de Cristina Fernández.

El Concejo de Organizaciones de Unidad Ciudadana Córdoba planea por estos días un acto en el que espera contar con un invitado estrella: Alberto Fernández, que prevé visitar la provincia antes del cierre de listas del 22 de junio.

La cita sería el 15 de junio, en la sede del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Y aunque desde Buenos Aires no han confirmado asistencia, Suárez, cabe imaginar, sería anfitrión del precandidato a presidente por el kirchnerismo.

Mientras tanto las negociaciones entre el sindicato y Epec siguen en pausa. Los representantes del gremio y de la compañía se reúnen una vez por semana. Y aunque cada reunión dura horas, todas terminan de la misma manera: sin ninguna novedad para informar.

Dicen, allegados al conflicto, que ninguna de las partes tiene demasiado interés en pactar pronto. La Provincia no quiere (ni puede) dar el brazo a torcer ofreciendo sin contrapartidas a Luz y Fuerza Córdoba un aumento que negoció con los sindicatos del interior a cambio de concesiones otorgadas por actas acuerdo.

Además, la recaudación provincial sigue en caída como producto de la recesión económica que se vive a nivel nacional y los números señalan que hay que evitar dispendios.

Suárez, por su lado, sabe que sus acciones están a la suba, y que probablemente es mejor esperar un contexto político diferente para avanzar en la negociación. Ya no falta mucho para las PASO de agosto.

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