Las 62 Organizaciones Peronistas se reorganizan en la unidad del Movimiento Obrero para enfrentar al enemigo de la patria y los trabajadores.

Corría el año 1963, con Perón en el exilio, se realizarían las elecciones que darían como ganador al candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo, Arturo Illía con un poco más del 30% y un histórico voto en blanco del casi 20% producto de la proscripción Peronista. 

Con la promesa de levantar la prohibición al peronismo, Illía encararía un gobierno debilitado y condicionado por las corporaciones oligarcas y los sectores militares de la derecha divididos en “azules y colorados” que dejarían un tendal de centenares de muertos y otros tantos obreros detenidos. En ese contexto de inestabilidad social económica y política, donde los sectores antiperonistas intentaban causar divisiones entre el movimiento obrero, el General Perón enviaba una carta en la cual solicitaba la unidad y reorganización de uno de los bastiones de la lucha obrera: las 62 Organizaciones Peronistas. En dicha misiva, el líder justicialista menciona que “Toda la fuerza del Peronismo está indudablemente en las bases y la propaganda enemiga está decidida a minar esas bases aprovechando la más mínima disensión que se produzca entre los dirigentes peronistas, tanto en la línea política como en la sindical. […] Lo primero que debemos hacer es ponernos de acuerdo todos los dirigentes para proceder en forma inteligente y atinada, en una acción de conjunto bien planteada y realizada en la mayor colaboración y cooperación posible. Es para dar lugar a eso que he dispuesto la reestructuración y reorganización de las formaciones peronistas de superficie, dando así lugar para que todos ustedes en perfecto acuerdo lleguen a las bases y trabajen acertada y convenientemente.”

58 años después, leer esta carta nos eriza la piel al ver cómo la historia es cíclica y se repite. Hoy al igual que en aquella oportunidad, las grandes corporaciones y la derecha oligarca amenazan la estabilidad de un gobierno elegido constitucionalmente y prometen llevarse puestos todas las conquistas obreras que conocemos. Ante este panorama, la unidad del movimiento trabajador es tan imperiosa como en aquellos tiempos, por eso, desde el secretariado Nacional de las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, nos convocamos para trabajar en la Reorganización de Nuestra histórica institución. Proponemos la UNIDAD del Movimiento Obrero Organizado, como única contribución posible a la situación que están atravesando los trabajadores de la Patria. Hemos logrado con esfuerzo y compromiso, la construcción de una agenda federal integrada por todas nuestras regionales dispuestas a trabajar por todas las Organizaciones del Peronismo y fundamentalmente por la participación activa del Movimiento Obrero para detener el avance de las políticas anti obreras y de flexibilización laboral que proponen quienes hicieron fracasar a la Argentina ayer y pretenden seguir haciéndolo hoy, y como única garantía del triunfo electoral de los gobiernos Peronistas, convencidos que solo los trabajadores salvarán a los trabajadores.

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