Recuperadores urbanos: una lucha en busca de visibilización e inclusión social

Recuperadores urbanos: una lucha en busca de visibilización e inclusión social

Unos 30 recicladores nucleados en el Movimiento de Trabajadores Excluidos conforman una cooperativa que reclama apoyo municipal para mejorar un sistema impulsado a base de esfuerzo y necesidad.

Cada lunes, miércoles y jueves la Plaza Pueyrredon, en la esquina de 14 de Julio y Falucho, se transforma en un “Punto sustentable” a partir del cual recuperadoras y recuperadores urbanos recolectan material reciclable que luego acopian y venden bajo dos objetivos: subsistir y aportar un trabajo fundamental para el medio ambiente. Están organizados en una cooperativa –“Recicladorxs Urbanxs Marplatenses” (RUM)- y fueron quienes dieron sentido a una ordenanza tan discutida (por un insólito veto luego revertido) como poco cumplida por el Estado municipal: la que en 2019 estableció formalmente la creación de un sistema de recepción de residuos sólidos urbanos reciclables, con un centro de acopio y la capacitación de vecinos y vecinas en la materia.

Pasado el tiempo, las y los recuperadores que forman parte del Movimiento de Trabajadores Excluidos – Federación Argentina de Carreros, Cartoneros y Recicladores (MTE-FACCyR) no dejaron de organizarse y de hacer crecer su trabajo en distintos puntos de la ciudad en los que recolectan materiales reciclables, lo cual hoy les permite demostrar que su tarea es esencial para evitar que tantas toneladas de residuos reutilizables terminen enterradas. Y por eso presentaron formalmente su proyecto al gobierno municipal. Si bien consiguieron alguna ayuda menor, lo que necesitan es un real respaldo a su trabajo con el aporte, como primera medida, de un camión para el traslado del material recuperado y un galpón: hoy reúnen y clasifican todos los residuos en un pequeño patio de la casa de uno de los carreros.

Cristian Blasina es uno de los recuperadores y referente de la rama de carreros y cartoneros del MTE. Y describe que hoy en Mar del Plata hay dos sistemas de recolección: uno formal y millonario como el que lleva a cabo la empresa 9 de Julio, el cual dice que no recicla sino que más bien sólo recolecta y como mucho deja los materiales en el predio de la cooperativa CURA –que, por su parte, sufre hace años las consecuencias del abandono de las campañas activas de la separación en origen- y otro informal, que es el que llevan adelante ellos como tantos otros carreros y cartoneros y que, afirma, “es el único que recicla”.

Mariana González Insúa, integrante del Instituto del Hábitat y del Ambiente de la Facultad de Arquitectura acompaña el proyecto y describe tres tipos de circuitos existentes en Mar del Plata en torno a la recuperación de residuos: “Uno es el circuito formal que es la asociación y cogestión que lleva adelante la cooperativa CURA con la Municipalidad; otro es el circuito informal que es lo que pasa en predio de disposición final de residuos con los recuperadores en el playón; y el otro circuito opera completamente distinto y es el de la vía pública”.

En esa mezcla de circuitos aparece un elemento común: realidades urgentes y la necesidad de un inmediato proceso de visibilización e inclusión social. Y eso, dice Cristian, es lo que buscan con su tarea y con su proyecto: fortalecer el reciclado de residuos y mejorar su calidad de vida.

Pero para eso hace falta que se cumpla la ordenanza de “Puntos sustentables” –esa que el por entonces intendente Carlos Arroyo llegó a vetar y por lo cual se ganó una lluvia de críticas– que establece, entre otros puntos, que el Municipio debe construir un centro de acopio de material reciclable obtenido por los recuperadores urbanos inscriptos en un registro municipal que también dispone crear.

LA RECOLECCIÓN Y LO QUE FALTA

Javier Mora es uno de los carreros y cartoneros que cada lunes, miércoles y jueves llega a la Plaza Pueyrredon que funciona como “Punto sustentable” de 9 a 14. Ese es el punto de recolección al cual vecinas y vecinos acercan material reciclable y también donde las y los recuperadores van juntando todos los residuos recuperables que cargan en sus carros en diversas recorridas por casas, instituciones y comercios.

“Nuestra idea también es volver a concientizar a la gente para que se vuelva a separar la basura en las bolsas verdes”, dice Javier y explica que todo ese material –más otro que se junta en otros puntos- es trasladado al galpón improvisado montado en el patio de su casa para seleccionar y luego vender, y así repartirse la ganancia en partes iguales entre los casi 30 integrantes de la cooperativa: “Uno piensa en ganarse el día a día, el carrero es así, vive del día a día”.

Desde 2019 se establecieron más de 25 puntos sustentables en universidades, escuelas, sindicatos, sociedades de fomento, fábricas, comercios y otros espacios de Mar del Plata asociados al sistema, aunque Javier dice que producto de la pandemia todo eso se redujo. De todas maneras, lo que allí hoy juntan es muy difícil de poder transportar ante la falta de un camión.

“Un camión por mes no nos da abasto y porque con carros y caballos no tenemos cómo llevar las cosas. Lo que estamos pidiendo es un camión, con un camión trabajaríamos mucho mejor, podríamos llevar más cosas, no tendríamos que usar animales”, expresa y apunta que ese pedido ya lo reiteraron al Ente de Servicios Urbanos (Emsur), a cargo de Sebastián D’Andrea, por ahora sin respuestas.

“Y también estamos pidiendo un galpón para tener un centro de acopio porque el galponcito que hicimos es más que nada para tener asambleas y no es un espacio muy grande”, agrega.

Cristian cuenta que en los “Puntos sustentables” constituidos en los últimos dos años dejan bolsones para promover la separación en origen y que ese material sea entregado “a manos cartoneras”. Y señala que hace poco comenzaron a trabajar también con un sistema “puerta a puerta” en el que además participan  promotoras ambientales. “La idea es transmitirle a los vecinos cómo funciona la gestión de residuos sólidos urbanos, que los carreros y cartoneros forman parte de ese sistema, pero que no están formalizados”, remarca.

UN SISTEMA QUE SIRVE

“Hoy hemos podido demostrar que organizándonos pudimos abrir puntos sustentables y ahora además hacer la recolección puerta a puerta, concientizando a la comunidad, todo sin el Municipio”, reflexiona el referente del MTE y completa: “Con eso podemos demostrar que el sistema sirve, que es efectivo, que le sirve a la comunidad por la cantidad de toneladas de basura que no se entierra y le sirve a los recuperadores”.

Entonces, plantea aquello que falta: el compromiso del gobierno municipal para fortalecer ese sistema informal creado a pulmón por las y los recuperadores. Para ello, recuerda Cristian, existe una tasa denominada Girsu que se cobra bimestralmente en la boleta de Obras Sanitarias de la cual el 7% debiera apuntar a “generar políticas de corto, mediano y largo plazo destinadas a la mejora de las condiciones de vida, inserción laboral e integración social de los recuperadores informales de residuos sólidos urbanos”.

“Está la ordenanza de Puntos Sustentables y la del Girsu que dispone fondos para poder profundizar este tipo de sistemas”, remarca.

Entre lo urgente, aparecen dos pedidos básicos para su trabajo: que el Municipio les ceda un galpón para poder realizar el acopio del material recolectado y además que les provea un camión para garantizar la logística necesaria en el traslado.

PROMOTORAS AMBIENTALES

Lo que la ordenanza también creó en 2019 fue la figura de “Promotoras ambientales” para realizar tareas como visitar a los vecinos del barrio y dar a conocer el programa “Puntos sustentables” y realizar campañas de concientización, promoción y difusión.

Esa tarea, por su cuenta, también es realizada hoy por la cooperativa.

Verónica es una de las promotoras ambientales y cuenta: “Somos un grupo de mujeres cartoneras que salimos a la calle puerta a puerta a concientizar a los vecinos sobre la importancia de la separación de residuos en origen, les enseñamos a separar lo reciclable de la basura, que dentro de la posible que esté seco y limpio. También salimos a enseñar cómo tiene que utilizar la basura en caso de tener alguien covid positivo”.

Y sobre la recepción con la que se encuentran explica que la mayoría de las y los vecinos que visitan se interesan en la separación y en poder realiza su aporte.

“Para mí estar organizados como cooperativa es un trabajo más digno que tener que salir a la calle sola bajo el sol, bajo la lluvia, es otra cosa, acá nos organizamos, salimos con compañeros con los carros y vamos promocionando”, destaca.

 

UN PROYECTO CON RESPALDO ACADÉMICO

Las y los recuperadores comenzaron a trabajar con integrantes de la Universidad Nacional de Mar del Plata en el marco de un proyecto de extensión del Instituto del Hábitat y del Ambiente de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño que apunta a “contribuir en el proceso de inclusión social de recuperadores urbanos de vía pública, a través de la visibilización de los mismos como actores relevantes en la valorización de los residuos, y el fortalecimiento de su vínculo con instituciones de la ciudad”.

Mariana González Insúa,  directora del proyecto, explica que en torno al circuito de recuperadores que se desempeñan en la vía pública hay muchos puntos pendientes por resolver desde las políticas públicas en base a lo normativo.

“La Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) lo deja muy abierto. Menciona que los recuperadores deben ser incluidos pero deja abierto a las políticas locales cómo es esta inclusión y ahí a nivel local lo que se vio es que el foco fue con los que ya se venía trabajando. Y no una política más integral en la que se incluya, se haga un registro, una evaluación, de quiénes son los que trabajan en la vía pública como para también incorporarlos dentro de los sistemas o pensar distintos tipos de estrategias para que sean parte de la gestión integral de residuos”, desarrolla.

Uno de los pedidos de las y los recuperadores organizados apunta a la confección de un registro, algo que también contempla la ordenanza de “Puntos sustentables”.

 

“No hay un registro en Mar del Plata de la totalidad de carreros y cartoneros. Por esta cuestión, previo a este proceso que se está dando de organización, la tarea tiene una lógica de trabajo individual: cada uno sale, recupera  y vende dentro de los distintos acopiadores de la ciudad. Por lo tanto, no hay un número concreto de recuperadores, y además que esto fluctúa muchísimo entre si hay trabajo o no hay trabajo. Para algunos es la fuente de trabajo principal, y otros lo hacen como complemento a otro tipo de trabajo que va saliendo o no va saliendo”, explica.

En ese marco comenzaron con el trabajo en 2019 de realizar el “Primer Registro de Recuperadores Urbanos de Mar del Plata y Batán” con un muestreo integrado por 100 carreros y cartoneros, cuyos resultados se conocerán próximamente. Y en paralelo a ello empezaron a involucrarse en la “visibilización de qué es lo que están haciendo como organización y cómo ellos trabajan la implementación de puntos sustentables, ahora el servicio de puerta a puerta y el galpón de acopio”.

González Insúa explica que lo que buscan es mostrar que se trata de “un proceso de organización hecho a pulmón, sin ningún tipo de ayuda por parte de las políticas a nivel local” y tratar de acompañar en la relación con distintas instituciones con el objetivo de “mostrar y articular la implementación de este tipo de circuitos para que se visibilice un poco más que el circuito informal viene acompañado de muchísima necesidad, de sensibilización por parte de la población, del estigma que tienen los carreros y cartoneros, del trabajo que hacen y de cómo lo hacen”.

Comentá la nota