Suma tensión el conflicto municipal en Paraná

Suma tensión el conflicto municipal en Paraná

Aseguran que Pacha Palacios conduce el conflicto y pretende contratos y privilegios para su sector.

El reclamo de los trabajadores nucleados en el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (Suoyem) de Paraná sumó ayer algunos incidentes que agregaron tensión a la situación.

Por la tarde, un grupo de afiliados del sindicato protagonizó lo que funcionarios municipales describieron como "un apriete" para impedir que otros trabajadores realizaran tareas que hoy se encuentran resentidas, como la recolección de residuos. Dos bombas de estruendo lanzadas contra los ventanales del palacio municipal generaron incluso algunas roturas que dieron pie a la intervención de personal policial.

Tal vez el dato más llamativo acerca de cómo está planteado el conflicto es la existencia de una doble vía de negociación. Por un lado la conducción formal del gremio, encabezada por Jorge Brocado, plantea la falta de respuestas a un petitorio entregado a las autoridades municipales el 19 de enero. Allí se demandan cuestiones vinculadas al ámbito laboral.

"Hemos presentado un petitorio el 19 de enero y no hemos tenido respuesta del intendente", dijo a UNO el secretario general de Suoyem. La medida consiste en "asambleas informativas y retención de tareas", que va a repercutir "en la mayoría de las áreas de servicio, en la unidades municipales, Obras Sanitarias, Conservación Vial y otras", explicó.

Entre los reclamos mencionó "más elementos de seguridad para los trabajadores, mejores condiciones de los vehículos municipales, pago de adicionales, regularización de los choferes que en su mayoría se encuentran contratados y no son reconocidos por la ART y los seguros". A esto sumó también "ropa de trabajo, calzados y herramientas".

Sin embargo, los conocedores del conflicto aseguran que existe otra demanda, encabezada por el jefe político del sector que conduce el Suoyem. Se trata de Osvaldo Pacha Palacios, a quien funcionarios municipales actuales señalan -en off the record- como el verdadero interlocutor que el municipio tiene con el gremio municipal.

Palacios no es trabajador municipal, pero fue funcionario durante gestiones justicialistas y tiene ascendencia en el sector de afiliados al Suoyem. La lista Naranja que llevó a Brocado a la conducción de ese sindicato -derrotando incluso al histórico dirigente municipal Hugo Vásquez- tenía en Palacios y en Fernando García las principales referencias políticas. El dato nunca pasó inadvertido para el varisquismo, que no terminaba de decidir cuál era el mal menor para su gestión.

Por eso ayer algunos funcionarios reconocieron que la situación no los sorprendía. "Era previsible, dicen en los medios que reclaman por condiciones de trabajo; pero se sientan a la mesa con otras demandas", dijo un allegado al intendente en reserva. "Nosotros pagamos los sueldos el último día del mes y mañana (por hoy) pagamos las horas extras, pero eso a estos muchachos no les interesa", aseguró.

Aunque resulte difícil de verificar, salvo que alguno de los supuestos impulsores del planteo lo reconozca, sirve mencionar el dato para saber de qué se está hablando. Ayer en el municipio aseguraban que Palacios reclamó 90 contratos para designar a sus allegados y el pase a planta de algunos contratados amigos suyos, entre otras condiciones para resolver el conflicto y volver a prestar normalmente los servicios, especialmente el de recolección de residuos.

"Estos tipos quieren hacerle a (Sergio) Varisco lo que le hicieron a (José Carlos) Halle, pero no les será tan sencillo", aseguró uno de los funcionarios municipales que ayer habló del tema.

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