Según fuentes oficiales, los despidos se debieron a que esas personas, que gozaban de altos cargos administrativos, “no asistían a trabajar” y cobraban salarios de privilegios “que alcanzaban a los 50 mil pesos”.

“Tenían más del 60 por ciento de inasistencias mensuales, y cuando asistían no tenían una función justificada. Se trata de personal que estaba ocioso”, completaron.

Y defendieron que su desplazamiento permitirá al municipio ahorrar “2 millones de pesos mensuales, que se destinaba al pago de salarios de personas que no trabajaban”.

Pero la decisión del interventor Rubén Casanovas de reestructurar el área donde trabajan un total de 170 personas fue resistida por los afectados, que arengaron el inicio de un paro en el Mercado.

Según pudo saber este diario, Casanovas dialogó la medida con los gremios y al cierre de esta edición el Mercado funcionaba con normalidad, aunque en el marco de una fuerte tensión.