Los dirigentes del Supa confiaban en poder encontrar una salida, una especie de vía de escape, al conflicto que desataron en el puerto de Mar del Plata. La mirada estaba puesta en la reunión que mantendrían con el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, en las próximas horas.

Sin embargo, el funcionario les transmitió a los dirigentes gremiales que no los recibirá mientras continúen con el paro y bloqueo del puerto.

Ante esta situación, el gremio convocó a una asamblea informativa para este viernes, a las 11, en el acceso a las terminales 2 y 3.

“Les vamos a proponer a los compañeros hacer una especie de cuarto intermedio de 48 o 72 horas para ver si destrabamos esto”, confió una fuente del sindicato. En otras palabras, levantar transitoriamente la medida.

Desde ya, la solución al pedido de jubilaciones que originó la protesta no es sencilla. De hecho, el tema se está discutiendo desde 2009 y dio diversas marchas y contramarchas.

Los estibadores mayores pretenden acceder a una jubilación equivalente a casi tres mínimas; es decir, unos 4.800 pesos; pero carecen de los aportes necesarios.

Además, asoma la necesidad de darle paso a generaciones más jóvenes: “Nuestra mano de obra se está volviendo obsoleta”, reconocen con honestidad brutal en el sindicato.

Mientras tanto, los armadores no ocultan su malestar por la sucesión de focos problemáticos que acumula la actividad. Esta tarde pidieron la intervención del gobernador Scioli.

Casi al mismo, tiempo el secretario general del Supa, Juan Carlos Ferreyra, recibía el apoyo de la CATT en la sede local de la entidad.

El encargado de transmitírsela fue el diputado provincial, Héctor Martínez, ligado también al sindicato de camioneros.

“Si para el lunes esto no está resuelto, paramos todo. Contá con nuestro respaldo”, le expresó Martínez.

A esa hora todavía estaba en pie la reunión con Tomada y había optimismo en Ferreyra: “Confío en que mañana vamos a encontrar una solución”, decía. Ahora, el escenario es otro.