El 18F dividió aguas, también en el sindicalismo

Por Ana Vainman

La marcha sumó un nuevo argumento para mantener y  profundizar las diferencias.

A pesar de los intentos que se hicieron en los últimos meses para reunificar la CGT, la muerte del fiscal Alberto Nisman y la marcha convocada por un grupo de fiscales para homenajearlo no hicieron más que profundizar las diferencias que ya existían entre las centrales obreras. 

La fragmentación –que hace que hoy haya cinco centrales y partidos políticos de trabajadores por fuera de ellas– es cada vez más pronunciada y los antagonismos más evidentes. 

Entre los dirigentes sindicales y políticos asociados con los trabajadores hubo diferentes posturas: están quienes convocaron, quienes concurrieron, quienes adhirieron, quienes no concurrieron rechazando "el golpe blando" y quienes no concurrieron haciendo reclamos 'por izquierda'. Quienes concurrieron insistieron en la ausencia de intencionalidad política de la marcha; quienes no fueron destacaron el "oportunismo político" que movió a los integrantes del Poder Judicial y a los adherentes de la escena política nacional. 

Desde el sindicalismo oficialista hubo bastante cautela en torno a la movilización convocada para ayer por fiscales y por dirigentes de la oposición.  La CGT que conduce el metalúrguico Antonio Caló no concurrió pero fue la única de las cinco que no emitió un comunicado en el que se explicitara su postura y fueron muy pocos los dirigentes que expresaron su posición. 

El Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP) fue uno de los pocos gremios oficialistas que readactó un comunicado, llamado "Los docentes privados no hacemos silencio". Allí se señaló: "No debemos confundirnos, no se trata de la confrontación entre Gobierno y Oposición. Se trata de la disyuntiva entre pueblo o antipueblo. Se trata de la vieja disputa entre quienes militamos en favor de la distribución de los bienes económicos, sociales y culturales, y quienes buscan su concentración" y se agregó: "Los trabajadores docentes privados decimos SÍ a la PATRIA GRANDE LATINOAMERICANA, SÍ a la JUSTICIA SOCIAL  y NO a la Sumisión a los poderosos del Norte, y al "Golpe Blando".

Desde la a CTA de los Trabajadores que lidera Hugo Yasky indicaron, en un comunicado, que no adhieren ni comparten los motivos por los que se convocó a la marcha de ayer. Yasky además criticó a los fiscales que encabezarán la marcha y sostuvo que no tienen "altura para ser los catadores de la moral del país".

La Juventud Sindical Peronista (oficialista) tampoco concurrió. Hernan Escudero, dirigente de esta organización puntualizó la razón se su ausencia en declaraciones a InfoGremiales: "La búsqueda de la verdad no puede ser manipulada por intereses oportunistas."

En cambio, la CGT Azopardo fue una de las convocantes a la marcha. De hecho, el secretario general de los judiciales, Julio Piumato, fue el único dirigente sindical que posó junto a los fiscales cuando se anunció la medida. Y ayer ofició de anfitrión ya que fue uno de los que recibía a las personalidades destacadas que iban llegando al punto de encuentro, además de ubicarse en un lugar central portando la bandera de la organización durante la marcha (foto). 

En el comunicado de convocatoria –que lleva la firma de Hugo Moyano y en el que se solicita participar en silencio y sin banderas gremiales– se detalló: "Como trabajadores sabemos lo que significa que no haya JUSTICIA. (…) nos parece necesario convocar a las organizaciones gremiales y a todos los trabajadores a concurrir a la Marcha del Silencio del 18 de febrero, convocada por la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación junto a un grupo de fiscales federales. Porque compartimos que la necesidad de reclamar Verdad y Justicia, es imprescindible frente a esta muerte que conmueve a todo el Pueblo Argentino". 

El titular del sindicato de Peones Rurales, Gerónimo "El Momo" Venegas, escribió en su cuenta del twitter un rato antes de salir: "#18F Voy a estar presente como un ciudadano más en la marcha de esta tarde, la cual no se tiene que tomar como un acto político".

Sin embargo, algunos dirigentes de la CGT opositora no concurrieron. Uno de ellos, que prefirió no aparecer con su nombre porque teme que tarde o temprano se lo "facturen", no estuvo en Buenos Aires y explicó que no quería estar en la marcha porque no se habría sentido "cómodo" en una movilización "claramente opositora". "Me cuesta marchar con Carrió y con Macri", detalló.  

Quien no sorprendió que adhiriese fue el gastronómico Luis Barrionuevo, que no pierde ocasión de sumarse a cualquier iniciativa que huela –aunque sea ligeramente– a opositora. Desde la CGT Azul y Blanca, convocó a "todos los trabajadores" para "exigir verdad y justicia independiente", así como también reclamar "que no vuelvan el miedo, ni los muertos políticos a la Argentina".

La CTA que encabeza Pablo Micheli fue una de las centrales que sorprendió con su decisión. Si bien en el pasado se alió con Moyano y Barrionuevo, en el marco del 18F optó por diferenciarse y no concurririó a la marcha. En el comunicado redactado luego de una reunión con la Multisectorial, la central explicó: "Interpretamos y respetamos a quienes se movilizan en búsqueda de finalizar con la impunidad y el encubrimiento. Sostenemos diferencias con muchas personas y entidades que convocan o se suman a la movilización, algunas de las cuales tienen responsabilidades en relación a impunidad y encubrimiento en el atentado a la AMIA." 

Aunque no concurrieron a la movilización, reclaman: "Una Comisión Investigadora Independiente con plenos poderes, con mayoría de personalidades del movimiento popular, la cultura y los Derechos Humanos, también integrada en minoría por parlamentarios", como herramienta para "avanzar en la búsqueda de Verdad y Justicia que nuestro pueblo anhela". 

Respecto de la contradicción que implica haber marchado junto al camionero y al gastronómico en otros casos y no hacerlo ahora, Micheli sostuvo: "Con Moyano y Barrionuevo tenemos diferencias importantes. Cuando nos unimos a la lucha no fue con ellos sino con un interés en común como el trabajador."

El Partido Obrero no partició de la movilización por considerar que la "convocan encubridores". "Ninguno de estos jueces y fiscales denunció nunca, en el transcurso de décadas, el maridaje de los gobiernos de turno y el Poder Judicial al que servían con los servicios de espionaje", señala un comunicado, que lleva la firma de Jorge Altamira, Néstor Pitrola, Marcelo Ramal y Gabriel Solano. Por el contrario, ellos proponen "una marcha para interpelar al kirchnerismo,  a los ex kirchneristas y a (el jefe de Gobierno porteño, Mauricio) Macri, así como por la apertura de los  archivos de inteligencia y para que se vaya (el jefe del  Ejército, César) Milani".

Algo similar ocurrió con el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Ambos partidos (PTS y PO) integran el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT). "No marchamos el 18F con la corporación judicial y la oposición tradicional, mientras denunciamos al gobierno que puso al genocida Milani al frente del Ejército y del aparato de espionaje, y que persigue a los trabajadores y la izquierda con el Proyecto X”, fue la explicación el diputado provincial Christian Castillo de por qué no concurrieron a una marcha que ya habían calificado de “reaccionaria”.

Así, con la marcha del 18F, el sindicalismo argentino encontró un elemento más para mantener y profundizar sus diferencias.

Comentá la nota