La familia de Omar "Caballo" Suárez, el ex secretario general del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), denunció que el Tribunal Federal N° 4 y el Servicio Penitenciariono prestan atención a las recomendaciones médicas que tiene ordenadas el sindicalista.

"Lo que vivimos en cada visita al penal de Ezeiza es un verdadero calvario. Omar está con severos problemas cognitivos y prácticamente ciego. Nadie parece hacerse cargo de algo tan simple como autorizar los traslados necesarios para que sea atendido y luego que regrese al penal", indicó a Infobae uno de los familiares que visitan al gremialista con asiduidad.

Cuando en septiembre se cumplieron dos años de la detención de Suárez, se especuló acerca de un inminente regreso a su domicilio para continuar bajo el régimen de prisión domiciliaria cumpliendo con la prisión preventiva dispuesta por el juez Federal Rodolfo Canicoba Corral.

Con la causa elevada a juicio oral, correspondía al Tribunal Oral Federal N°4 disponer un eventual cambio de situación, pero esto finalmente no ocurrió, y se decidió prorrogar la detención de Suárez con el argumento de que podría entorpecer la investigación o, eventualmente, fugarse.

Más allá de la batería de recursos judiciales que los doctores Argibay Molina y Vega han presentado para obtener una morigeración de la condiciones de detención, la familia de Suárez alertó por el paulatino deterioro de su salud.

"Ocurre siempre lo mismo. Gestionamos los turnos médicos con varias semanas de antelación, informamos al tribunal y al SPF, y cuando llega el momento de asistir a la consulta, o no están los medios, o no está la orden o la misma salió equivocada", le explicó a este medio un familiar. Y en esa línea, agregó: "Tenemos la convicción de que lo están dejando morir en la cárcel".

La familia detalló que en los últimos días Suárez tenía acordado un turno con un servicio de oftalmológica para una intervención de cataratas, ya que perdió la visión de uno de sus ojos y del otro aún mantiene un mínimo porcentaje de agudeza visual. Mientras era esperado en un centro médico, el Servicio Penitenciario dispuso su traslado al hospital Santojanni sin que tuviera sentido llevarlo hasta allí.

Según los familiares, Suárez aún padece las secuelas del ACV que sufrió el año pasado. Hasta el momento el servicio de neurología del penal de Ezeiza no dispuso ninguna terapia de rehabilitación ni dentro de la cárcel, ni en un centro especializado.

Además, sostienen que todas las gestiones que vienen realizando ante la Justicia y el Servicio Penitenciario no fueron atendidas y que solo recibieron argumentos dilatorios. "Aquí no se trata de pedir la libertad de un procesado, solo pretendemos que lo atiendan para que no muera en prisión y para que se cumplan los derechos básicos de cualquier persona", afirmó uno de los familiares.