El jefe de Smata ahora se hizo fan de Macri

El jefe de Smata ahora se hizo fan de Macri

Pignanelli tuvo que calmar protestas por las suspensiones contra Macri que fue a inaugurar una clínica.

Ricardo Pignanelli regaló una imagen impensada años atrás, durante la inauguración de una clínica de maternidad de Smata en Mataderos: algunos de sus afiliados chiflaron a Mauricio Macri y quien fuera uno de los cristinistas más duros de la CGT levantó la mano para callarlos.

"Hace 7 meses que se genera trabajo", se animó a decir el presidente y parte del público comenzó a silbar, muchos afectados por las suspensiones de las automotrices, uno de los sectores industriales que más sufre la actual etapa, agravada por la crisis de Brasil.

No sólo los afiliados de Smata eran parte del público hostil: también lo escuchaban la intendenta kirchnerista de La Matanza, Verónica Magario y su antecesor y presidente del PJ bonaerenese, Fernando Espinoza. Se entiende, La Matanza es limítrofe con Mataderos y Pignanelli hasta hace poco era un encendido cristinista.

Macri intentó contentarlos con frases como "la familia, el trabajo y la salud, es lo que te lleva a la felicidad" y citas "al general Perón" como "la estrella federal del país es aumentar la competitividad", una de las frases que más le atraen del amplio repertorio del General, que tiene para cada gusto.

Pero el terreno se puso resbaladizo cuando dijo que hace 5 años que no se genera empleo privado y que en los últimos 7 meses se habían comenzado a crear puestos de trabajo, una crítica directa a sus antecesores peronistas.

El público no lo aceptó, se oyeron chiflidos, Macri siguió hablando con pausas y consiguió unos aplausos para descomprimir, ya más acostumbrado a los malos tragos en público.

Pignanelli, que el año pasado logró una ley de promoción de autopartes, intentó calmarlos a los manotazos y lo logró parcialmente. Sin embargo, dirigentes de rango medio de su gremio le cuestionan cada vez con más vehemencia su docilidad pública ante la crisis que vive el sector, demasiado distante del discurso combativo que esgrime puertas adentro.

Los mecánicos sufren no sólo la baja general de al actividad industrial, sino especialmente la crisis de Brasil destino de casi dos tercios de las exportaciones de autos de Argentina y ahora encima, la pujante venta de unidades importadas.

"Pignanelli cada vez que algún medio lo consulta por la crisis del sector, minimiza los despidos y dice que son sólo suspensiones", afirmó un dirigente de Smata a LPO.

Sin embargo, quienes conocen la problemática del gremio encuentran algunos indicios para su docilidad. Por la menor cantidad de puestos de trabajo, la obra social de Smata tiene un déficit acumulado de unos 300 millones, cifra que se vuelve más sospechosa cuando se repara que en los últimos años se fabricaron cuatro millones de unidades y la obra social percibe un aporte mensual por auto fabricado.

Como sea, inmune a los silbidos, Pignanelli terminó el acto con un emocionado abrazo con Macri, al borde de las lágrimas, en un desborde emocional que hizo acordar a sus efusividades durante los actos con Cristina.

 

 

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