Aseguran que el Gobierno quiere “una sociedad sin sindicatos”

Aseguran que el Gobierno quiere “una sociedad sin sindicatos”

Horacio Meguira, abogado de la CTA Autónoma analizó la coyuntura judicial en la Argentina con respecto a los gremios, mientras que controla las elecciones en el gremio azucarero, en el Ingenio Ledesma.

 

El titular del Departamento Jurídico de la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma, Horacio Meguira, sostuvo y analizó que “el Gobierno nacional procura construir una sociedad sin sindicatos”, dada las ultima actitudes del presidente y la Justicia. Además, advirtió que “esa doctrina es mundial y hay que detenerla en el país a partir de la capacidad de las organizaciones” gremiales.

Meguira destacó en el movimiento obrero más combativo “el modelo de resistencia” y se refirió específicamente a “los trabajadores azucareros del Ingenio Ledesma” y rechazó “la intervención de seis sindicatos por parte del Ministerio de Trabajo y el Poder Judicial”, en apenas un año y medio de gobierno.

“En la Argentina ya hay seis gremios intervenidos por el Ministerio de Trabajo y la justicia, el número más elevado desde la dictadura militar. En el Ingenio Ledesma de la familia Blaquier, en Jujuy, la cartera laboral dejó vencer el mandato del jefe del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar (SOEAIL), Rafael Vargas, mientras suspendió de manera provisoria las elecciones en procura de una intervención”, se extendió en argumentos el abogado de la CTA Autónoma, quien tiene su oficina en la central obrera de la calle Perón.

“La costumbre es ahogar el sindicato y a los trabajadores”, arrojó Meguira desde Jujuy, a donde viajó para certificar las elecciones del SOEIAL, en donde se impuso Vargas. “La empresa tampoco avaló los comicios (ni el Ministerio de Trabajo) e impidió la instalación de urnas en el interior del complejo. No obstante el amedrentamiento, votó el 53 por ciento del padrón electoral”, puntualizó Meguira.

El abogado ratificó que “el Ejecutivo intenta construir una sociedad sin sindicatos ni instituciones sociales, una tendencia doctrinaria mundial que avanza sin la oposición efectiva de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las debilitadas Confederaciones Sindical Internacional y de las Américas”.

Para Meguira, el sindicalismo argentino “es fuerte pero no eficaz” respecto de “su capacidad de respuesta”, concluyó.

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