Octubre será la continuidad de este plan de lucha que promete ampliar la conflictividad a más sectores y empresas que agrupa la Cámara de Empresas de Seguridad de Buenos Aires. Está cámara identificada con las siglas CAESBA, aglutina un 98% de empresas que incumplen las escalas salariales vigentes y el convenio de los vigiladores.

Así como septiembre fue el turno de los bancos, está vez el Bloque que comandan el barrionuevista Leónidas Requelme y el moyanista Christian López, van por los supermercados y logísticas que ante los reiterados incumplimientos de las empresas de seguridad que contratan, deciden mirar hacía otro lado desligándose de la responsabilidad solidaria de la cual no pueden huir. Algunas de las grandes cadenas de supermercados son responsables de la precarización y estafa laboral que sufren los trabajadores al contratar cooperativas de seguridad, un fraude encubierto que ofrece servicios a un valor bajo a costa de que los trabajadores no tengan vacaciones, aguinaldo, ni ART.

Christian López, Secretario General del SUTCA, viene llevando a delante su lucha desde hace años contra las cooperativas de seguridad: en 2018 junto con la fundación La Alameda presento varias denuncias en el organismo encargado de fiscalizar a las cooperativas el Instituto Nacional Asociativismo y Economía Social (INAES) “Lo que denunciamos es muy grave porque es competencia desleal. Cuando estas cooperativas van a licitar, siempre ganan porque los costos que presentan son muy bajos. El ejemplo más claro es el valor hora. Estamos hablando de un 50% menos. En ese contexto, varias SRL y SA están cerrando y así se pierden puestos de trabajo” explicaba en aquel momento el líder de los Custodios.

Hoy, los empresarios del rubro supermercadista no pueden decir que desconocen está situación: además de ser formadores de precios de la canasta básica de alimentos, coaccionan a la actividad: cuando una empresa de seguridad licita el servicio en un supermercado, tiene enfrente a la competencia desleal de las cooperativas, y para no quedar fuera de juego, se ve obligada a bajar el precio del servicio, lo que en la mayoría de los casos repercute, no en el bolsillo del empresario, si no en el sueldo del trabajador. Este círculo perverso de complicidades que incluyen empresas estafadoras y clientes contratantes cómplices debe terminar. La estrategia será ir por “consumidores” de este tipo de empresas: los clientes.

El Bloque Nacional de Seguridad promete una medida de fuerza de mayor escala que las anteriores, donde hasta promete hacer participe a otras organizaciones hermanadas en la lucha con el sector de los supermercados. Esta medida afectara no solo el normal funcionamiento de las grandes cadenas y mayoristas, si no también la distribución de alimentos por el bloqueo que sufrirán las logísticas que abastecen a sus locales. El Plan Nacional de Lucha continua hasta que la “viveza criolla” del empresariado de flexibilizar a los trabajadores de seguridad privada con el afán de aumentar sus ganancias, llegue a su fin.