Las fallas observadas en el operativo que debía proteger a la ex mandataria sin dudas demuestran la falta de capacitación, la desatención, la desidia y el abandono sobre una profesión que es mejor archivarla en el último cajón y manotearla exacerbados cuando no funciona.

Esta situación la afrontamos a diario los que tenemos como medio de subsistencia esta noble profesión. Si bien la custodia de la ex presidenta está a cargo de las fuerzas públicas y nuestra labor es una actividad privada, no podemos dejar de encontrar puntos de coincidencia y la misma problemática entre ambas.

Consultado sobre el tema, el Secretario General de Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentinos y del denominado Bloque Nacional de Seguridad Privada que integra junto a Leónidas Requelme, expresó que "el problema en la Argentina es que la seguridad se ve como un gasto y no una inversión, falta capacitación, desde el gremio de seguridad lo venimos planteando desde hace tiempo. Lamentablemente, la sociedad no tiene noción de lo que es la seguridad ya que es una actividad muy desprestigiada gracias a la falta de inversiones en la capacitación."

Si bien en nuestro país y con nuestra idiosincrasia, la custodia de una figura popular como Cristina es una tarea donde los protocolos se hacen difícil de cumplir, hay que refundar algunos conceptos básicos en cuanto a las custodias de funcionarios públicos como ocurre en otros países. "Argentina debe ser un antes y después, deben cambiarse las políticas de seguridad a nivel macro" reclamó López, citando el caso del video que trascendió cuando la Policía de la Ciudad impartió órdenes de tratar al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof como 'un manifestante mas': "No puede ser el trato que le dieron a un gobernador cuando fue a la marcha, las investiduras en Argentina parecieran estar perdidas, no se respetan, y parte de la seguridad y las instituciones es mantener esa cordura. El problema radica en que nunca se le dio un valor real a la seguridad en nuestro país, por eso los presupuestos en la materia son uno de los más inferiores." Enfatizó.

En cuanto a los detalles del mismo atentado, desde el Sindicato de los Custodios no tienen dudas sobre el perfil del atacante: "Sin dudas no es un profesional,  el arma utilizada es una pistola Bersa calibre 32 modelo Lusber 84 semi automática de simple acción manofacturada en nuestro país entre 1973 y 1978 en la fábrica de Ramos Mejía. Tiene capacidad para 8 proyectiles, la cual al momento de accionar la cola del disparador no tenía munición en la recámara, requisito necesario para efectuar el disparo. Si bien estos datos se obtuvieron luego del ataque, al momento del mismo la custodia de Cristina debía estar preparada para una eventualidad de estas características y una vez detectada la real amenaza, proceder a la inmediata extracción del objetivo, empleando los medios necesarios para neutralizar la fuente de peligro. Sin dudas, si el atacante hubiera sido un hábil tirador, hoy las noticias nacionales serían otras" expresaron con preocupación.

Con respecto al episodio violento que casi culmina con la vida de la Presidenta del Senado, Christian López y Leónidas Requelme emitieron un comunicado de repudio en sintonía con todo el arco sindical, destacando que el hecho constituye un acto que atenta contra las instituciones, la democracia y remonta a las épocas más oscuras de nuestro país.