Coordinadora de un centro cultural de la UOM La Matanza, entre los primeros voluntarios para la prueba de la vacuna contra el Covid-19

Coordinadora de un centro cultural de la UOM La Matanza, entre los primeros voluntarios para la prueba de la vacuna contra el Covid-19

Se trata de Iliana Bazzi, quien participará del testeo el 31 de este mes. “Estamos muy contenidos, en contacto permanente con médicos y psicólogos. Así que lo único que siento es ansiedad para que llegue el día. Necesitamos una solución para esto, y este es el aporte que yo puedo hacer”, relata.

Por Claudio Garibotto

Ansiedad. Esa es la única sensación que invade su cuerpo en este momento. Iliana Bazzi está entre los 4.500 voluntarios que en nuestro país participarán de las pruebas de la vacuna contra el Covid-19 elaborada por la compañía estadounidense Pfizer y su par alemana BioNTech. Y aclara que nunca tuvo, ni tiene, ningún tipo de temor. “Todos los que nos ofrecimos estamos muy contenidos, en contacto permanente con médicos y psicólogos. Así que lo único que siento es ansiedad para que llegue el día. Necesitamos una solución para esto, y este es el aporte que yo puedo hacer”, le cuenta a Gestión Sindical quien es coordinadora de un centro cultural de la seccional La Matanza de la UOM.

Iliana dice que en principio estaba previsto que ella recibiera la vacuna el lunes pasado, “pero me postergaron la fecha para el 31 de este mes, porque primero será el turno de policías, bomberos y militares. Así que ahora tengo ansiedad para que llegue el día”. Y agrega que “la segunda dosis se aplica entre tres semanas y dos meses después de la primera”. Después, todos los voluntarios serán estudiados durante dos años para ver si tienen algún síntoma, pero eso no la preocupa porque le dijeron que la vacuna es segura y que lo máximo que pueden experimentar es “fiebre, dolor de cabeza, o un decaimiento general”.

También explica que “a una mitad de los voluntarios nos dan la vacuna y al resto un placebo, pero ni el médico ni los voluntarios sabemos lo que se inyecta en cada caso. Y algo importante es que a los reciban la vacuna no es que le están inoculando el virus. Lo que le dan es un ARN, que es la información genética del virus. Eso hace que si después esa persona se contagia el cuerpo lo reconozca y pueda generar las defensas para anularlo”.

Las pruebas de esta vacuna comenzaron el lunes con la coordinación del equipo del doctor Fernando Polack. Y si bien se habían anotado 25 mil voluntarios, sólo participarán 4.500 en esta instancia, en una muestra que abarcará diferentes perfiles: médicos, enfermeros y militares, pero también personas que se abocan a otros oficios y profesiones; jóvenes y adultos mayores.

Iliana dice que el proceso para llegar a ser voluntaria fue bastante simple. Cuando se enteró de que se iban a ser las pruebas, completó un formulario para postularse. Luego, la Fundación Infant -a cargo de las pruebas- le dijo en qué fecha tenía que acercarse al Hospital Militar. Ahora, cuando vaya el día 31 de este mes, le realizarán unos análisis y un hisopado, y recibirá la primera dosis. “La verdad es que yo nunca dudé en participar. Y tengo dos hijos que también me apoyaron porque ya son grandes (tiene 18 y 14 años), y entienden lo que estamos viviendo todos y que esto puede aportar”, dice. “Además me conocen y saben que cuando se me pone algo en la cabeza lo voy a hacer sí o sí”, remata con una sonrisa.

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