Escandalosa denuncia de acoso laboral contra el líder de gremio Químico

Escandalosa denuncia de acoso laboral contra el líder de gremio Químico

Apuntan a Rubén Salas, titular de la Fderación de Químicos, por perseguir a una trabajadora del gremio. La dejaron sin salario y la encerraban 9 horas en una oficina vacía para que renuncie. Luego le prohibieron el ingreso.

La Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Química y Petroquímica de la República Argentina (Festiqypra) vive momentos convulsionados. Es que de una denuncia de un feroz acoso laboral, que tomó estado público en las últimas horas, expone a su titular Rubén Salas y lo deja en el ojo de la tormenta.

“Siendo empleada de la Festiqypra y madre de 3 hijos, recientemente de una bebé de 6 meses, estoy siendo maltratada y humillada por las máximas autoridades de esta federación”, empieza el texto de una trabajadora química que llegó a InfoGremiales y que se puede leer en las redes sociales.

“No estoy contando con mi sueldo, ni los beneficios que me corresponden por maternidad, hace 60 días después de no querer apoyar una lista del secretario General”, explica la trabajadora que pidió el resguardo de su identidad.

“Antes de dejar de abonarme el sueldo se nos pidió que renunciemos por no ´seguir la línea de conducción´. No estuve dispuesta a renunciar  porque siempre hice mi trabajo con mucha responsabilidad y compromiso y no creí que fuera justo renunciar por tener un pensamiento distinto”, agrega la empleada, que además publicó fotos sobre el lugar al que la confinaron para presionarla en pos de su renuncia.

La trabajadora relató que le pidió personalmente explicaciones a Salas y que no obtuvo respuestas. “Al no contar con mi sueldo dejan sin un plato de comida a mis hijos”, remató.

La situación de acoso laboral es una muestra del clima de tensión que se vive en la Festiqypra por la inminente elección en la que Salas tendrá que rubricar su mandato frente a Facundo Aveiro, titular del poderoso Sindicato de Químicos y Petroquímicos de Avellaneda.

Comentá la nota